La bola pica y se extiende
Muy serias han sido las denuncias hechas por el conocido abogado Guillermo Cochez, quien aseguró que el diputado Jorge Alberto Rosas, cuya firma recibió más de dos millones de dólares de parte de la constructora Odebrecht, fumigó con estos dineros a miembros del oficialismo.
Las graves acusaciones de Cochez no pueden quedar en el aire como si aquí no pasó nada.
Hay un dicho que dice: “el que calla otorga”, aludiendo que el silencio es la confirmación de una afirmación. En este caso, Rosas ha callado, no de ahora, sino desde que se destapó el tamal hediondo de sus vínculos con la empresa brasileña investigada por millonarios sobornos.
Según Cochez, los dineros que recibió el diputado Rosas fueron depositados en cuentas de la firma abogadil y luego distribuidos entre miembros del partido.
Lo cierto es que es inocultable la vinculación de figuras del actual gobierno y sus allegados con el escándalo de la constructora brasileña, sin que el Ministerio Público juegue su papel como ente investigador de estos delitos de corrupción.
Por otra parte, tratándose de un diputado en ejercicio, solo la Corte Suprema de Justicia puede procesar a Rosas, pero el alto organismo no mueve un dedo, al parecer, esperando que algún valiente presente la denuncia correspondiente.
Lo malo es que, de la manera en que está diseñado el procedimiento, se permite la impunidad rampante, porque si nadie denuncia al diputado en los estrados judiciales, las acusaciones quedarán en nada.