Opinión - 30/8/17 - 12:00 AM

Manchas

Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

Cuando me enteré que la Feria del Libro pasada, resaltaba un libro sobre el peor narcotraficante colombiano de los últimos años, decidí no asistir. Una cosa es la libertad de expresión que tenemos todos, para decir o escribir lo que consideremos importante, y otra festejar el libro del hijo de la persona que tanto daño hizo a la región. No me opongo a que ese libro esté vendiéndose en Panamá, al igual que otros sobre personajes negativos de la política mundial y notorios delincuentes. He considerado que ese hecho fue una mancha para una actividad de tanto prestigio literario.

Este año se asistió al evento y tuvimos satisfacciones. Luego nos enteramos que otra mancha había afectado la Feria. Respetando el criterio de selección de literatos panameños y de extranjeros, no comprendemos cómo se incluyó a una persona que consideramos no tiene los méritos literarios adecuados. Lamentable fue que las grotescas imágenes del “despelote” surgido por fallas de organización, disminuyera la calidad de este acto.

Como sociólogo haré algunas recomendaciones para que las ferias del libro de la actualidad dejen de ser un acto que se aleja de las masas populares. En poblados y villorrios del interior del país, también existen escritores, cuyo talento necesita estímulo. ¿Por qué no hacer pequeñas ferias del libro en esos lugares? Se podría efectuar actividades relacionadas con la escritura. Estoy seguro que talleres de redacción literaria, cómo escribir y publicar un libro, y la manera de leer textos con bastantes páginas beneficiarían a jóvenes y adultos. Se contaría con el respaldo de las autoridades locales, escuelas y colegios, agrupaciones cívicas, culturales y otras.

Sería beneficioso hacer estas ferias del libro locales en Río Sereno, Caizán, Potrerillos, Pedregal, Horconcitos y otros sitios de Chiriquí. También en Canglón y Yaviza, en Darién. En Isla Grande, Donoso, en Colón. En Herrera tendría provecho esta Feria en París de Parita, La Arena, Pesé, Las Cuchillas y Tonosí, por mencionar algunos poblados panameños.

Al tener el apoyo de organizaciones y la población, la actividad se haría dos veces al año. Sugerimos que se añada la realización de concursos de cuentos, novelas cortas y poesía. Los ganadores verían las obras publicadas en sencillos folletos que se venderían a bajo precio. ¡Cuántos escritores se descubrirían! (Dice el Cholito Mesero que le gustaría aprender a escribir una novela, porque tiene mucho para contar…).