Opinión - 23/8/17 - 12:00 AM

Parecer

Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

Una frase antipática señala “lo importante no es ser…sino parecer”. El análisis sociológico de la sociedad actual indica que esto es una realidad en muchas personas. Tal vez porque se ha ido perdiendo la importancia del valor a lo auténtico. ¡Vivimos en una sociedad de las apariencias. En lo político esto ha servido para que asesores de imagen y relacionistas públicos, conviertan a un inútil en un eficiente candidato. Después sufrimos en todo el mundo los fracasos administrativos que afectan a pueblos que fueron manipulados para que votaran por alguien que parecía “bueno”.

La imitación es una manera para transmitir cultura. Esto fue aprovechado por fabricantes y comerciantes para desarrollar una industria de miles de millones, basada en la falsedad. La situación está tan generalizada que prácticamente ya no vale gastar dinero por comprar algo original… cuando va a encontrar un artículo parecido a bajo precio, aunque tenga poca calidad. Hace años se compraba en las aceras panameñas, finísimos relojes que eran copias y se parecían a los verdaderos. La “piratería” ya ha sido aceptada como un delito internacional. Sin embargo, el mundo de las apariencias continúa.

Recuerdo que una vez me quisieron vender barato un carro asiático, diciendo que era igual a un modelo caro. Ropa, cartera, zapatos, joyas y otros artículos, falsos son difíciles de descubrir. Imagino que en el aspecto sicológico lucir una cartera de cinco dólares parecida a una famosa de 500 dará alguna satisfacción (¿?). Lamentablemente, las apariencias también las tienen los seres humanos. Una viejita se quejaba que ahora hay hombres que se parecen a mujeres y mujeres a hombres.

Ya existe la inteligencia artificial. Pienso que pronto los brutos parecerán genios. Ni hablar de la realidad virtual, que pretende cambiarnos la manera de conocer al mundo. No hay que ir a un bosque para disfrutar el verdor y el canto de las aves y la brisa. Se pone unos espejuelos que hacen que Ud. parezca que está en ese hermoso lugar. De seguir esto, llegará el momento en que no será necesario vivir las cosas, porque lo virtual va a reemplazar esa realidad. ¡Horror! Aumentan los amoríos virtuales. Nada de oler, abrazar, besar y amar algo de verdad. A veces al conocerse en persona se dan cuenta que no eran lo que parecía. (Dice el Cholito Mesero que quererse por un teléfono no lo convence. Tampoco eso de recibir propinas que no existen).