Opinión - 04/11/19 - 12:00 AM

Personal

Por: Catedrático -

En el mes de la Patria volverán a escucharse opiniones sobre cómo debe rendírsele respeto y consideración a Panamá. Debemos aclarar que la patria es más que un territorio y sus personas. Significa la unión de voluntades y propósitos de desarrollo de la sociedad. Por eso se dan casos de personas que no nacieron en este país, pero que se sienten más panameños que otros. Solamente los pueblos originarios serían los verdaderos panameños. Ningún país del mundo existe sin migrantes. Y el sentimiento patriótico también puede anidar en quienes nacieron en otros sitios.

Sentir la emoción de estas festividades patrias es algo personal. Algunos lo expresan marchando, viendo desfiles, participando en actividades masivas de la fecha. Habrá otros que son buenos ciudadanos aunque no estén en esos sitios de celebración. Considero que el asunto no es de figurar, sino de sentimiento. Amo mi patria, con sus aspectos positivos y negativos. Es difícil señalar que fulano es más o menos patriota que otro.

Creo que se honra a la patria de muchas maneras, y no solamente este mes. Lo esencial es ser un buen ciudadano. Cumplir con las leyes para que haya orden. No cometer fechorías de cualquier tipo. No creerse superior a los demás. La patria se sigue haciendo todos los días, aunque algunos piensen que ya está hecha. Eso tiene vigencia en estos momentos de cierta turbulencia politiquera, que ha mantenido tenso un sector del país por semanas.

Algunos piensan que la responsabilidad de hacer patria es de los gobernantes. Ellos tienen su importancia. Pero también se hace patria no ensuciando, contaminando, mejorando la convivencia, alejándonos de las tensiones que pueden afectar la paz social. Recuerdo que hace años noviembre era un "tinglado" dividido en dos enfoques sobre la separación de Colombia. La llamada "leyenda negra" señalaba que lo sucedido fue una maniobra de un sector de la clase con poder económico. Apoyó la estrategia imperialista de Estados Unidos.

En el lado contrario estaba la "leyenda rosada". Afirmaba que lo sucedido en 1903 fue la culminación de un anhelo de muchos panameños de diferentes sectores sociales, que no veían mejor futuro junto a Colombia. La figura de Bunnau Varilla fue "satanizada" por más de medio siglo. Hasta algunos jóvenes querían tumbar los bustos de los próceres. Menos mal que ya esa situación no levanta mayor atención en estos momentos. Se acepta que lo que importa es cómo los panameños hemos construído esa patria.