Principio de Legalidad
La correcta observancia del Principio de Legalidad es de suma importancia en un Estado de Derecho, en el que el apego a la ley es fundamental, para evitar las actuaciones abusivas de cualquier funcionario, sea administrativo o judicial, que conlleve un abuso de autoridad, e incluso una actuación delictiva.
El Principio de Legalidad implica la sujeción a la primacía de la ley, como fundamento del ejercicio del poder público, lo que implica que la actuación del funcionario debe realizarse conforme a la ley y no en base a caprichos personales.
Cuando hace miles de años el jurisconsulto romano Ulpiano definió la justicia como “la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo, vivir honestamente, y no hacerle daño a nadie”, sentó las bases filosóficas del Derecho aplicado a las personas y muchos años después, estos principios quedaron plasmados en la codificación y la ley positiva.
Es por ello que si un ente público se aparta de lo que preceptúa la ley y el procedimiento, el ciudadano, tiene derecho a reclamar ante el único ente autorizado por la Constitución para interpretar la ley, para que se corrija el entuerto y si esa es la decisión, así se debe proceder.
Así funcionan las instituciones democráticas y eso nos lleva a plantearnos otro importante principio, que es el de la Seguridad Jurídica, que implica que las decisiones judiciales -en un Estado formalmente democrático, como el nuestro- deben respetarse, de lo contrario sobrevendría el caos y la anarquía social.
Por ello, no estamos de acuerdo, con unos cabezas calientes que están planteando tomar la Corte Suprema por asalto, impedir la salida o entrada de los magistrados al recinto, eso sería propiciar el desorden, que tiene postrado a otros países.
Si no están de acuerdo con los fallos, combátanlos con argumentos no promoviendo la subversión anárquica que solo trae sangre y luto.