Salir
Las imágenes de centenares de centroamericanos tratando de entrar ilegalmente a los Estados Unidos, impresionaron a diversas personas por muchas razones. A unos les dolió que latinoamericanos hayan tenido que salir por miles de sus países, debido a las malas condiciones de vida. Otros, se incomodaron por las reacciones de fuerza de las autoridades tanto mejicanas como de EE.UU. que impidieron la invasión de refugiados. Más de uno pensó que si había un trasfondo político en esta marcha, logró afectar la imagen democrática de Estados Unidos. El acontecimiento sirvió a otros para reflexionar sobre las migraciones.
He considerado conveniente señalar una situación histórica de salidas de panameños al exterior, debido a los peligros y la mala situación económica que había en ese momento en nuestra Patria. Así como está “prohibido olvidar” los asesinatos, desapariciones, torturas, violaciones a los Derechos Humanos, sufridos durante la dictadura militar. Considero un deber histórico referirme a la salida de cientos de panameños en los últimos años de la dictadura. Decenas fueron acogidas por Canadá, país que demostró un enorme sentimiento de solidaridad con los perseguidos panameños. Lástima que ningún gobierno democrático haya reconocido esto.
Allá recibieron albergue, dinero para gastos básicos, y otras facilidades que mitigaron los amargos días de los exiliados. También Costa Rica recogió a panameños que huían de los desmanes de la dictadura militar. En EE.UU. se dieron distintas acciones particulares. Panameños con familia en ese lugar fueron recibidos con los brazos abiertos. Hubo organizaciones religiosas dispuestas a recibir a los migrantes. Una o dos universidades ofrecieron cátedras temporales por varios meses a profesores universitarios que nos oponíamos a la dictadura. Varios nacionales consiguieron empleo en Norteamérica.
Sociológicamente salir del lugar donde se ha nacido, significa que allí no se puede vivir bien. Panamá es un país que siempre ha tenido los brazos abiertos a personas de otras naciones, que luego con el trabajo arduo y honesto han ayudado al desarrollo del país. Lástima que muchos gobiernos del mundo no puedan brindarles a sus ciudadanos el nivel de vida que se merecen. (Felicitaciones al Ministerio de Comercio e Industrias por lograr que la cultura Congo sea Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Ahora falta el almojábano chiricano).