Sociedad angustiada
Cada vez se observan con mayor frecuencia los efectos de la crispación social que vive el país que se manifiesta en la conducta agresiva y poco tolerante de parte de un número creciente de ciudadanos hacia sus semejantes, lo que también se percibe en conductas que reflejan antivalores.
Las redes sociales son pródigas en imágenes de ciudadanos agrediéndose en medio de tranques vehiculares, otro orinando en la vía pública, otra tirando basura en los ríos, más allá discusiones y vulgaridades entre panameños.
Lo cierto es que los panameños estamos perdiendo el sentido de convivencia y civismo que históricamente ha imperado entre nosotros, al exhibir conductas sociales que claramente rayan en una neurosis colectiva.
La criminalidad galopante, caos vehicular, desempleo, inseguridad social, alto costo de la vida son algunos elementos que han sido detonantes de estas conductas antisociales, que lo que en el fondo reflejan es la existencia de una sociedad angustiada que no ve salida a sus problemas.
Muy fácil sería culpar al gobierno de turno, pero eso no va a solucionar el problema; empero la realidad es que el Gobierno debe crear las condiciones para superar esta angustia social, y nosotros como ciudadanos debemos ser más tolerantes con nuestros vecinos y semejantes.
La ciudadanía debe poner su granito de arena para superar este estado de crispación social que vivimos -entre otras causas, por la ineficiencia oficial- y avanzar hacia mejores días para todos.