Tinta envenenada
Cuando iniciaba nuestros primeros pasos como periodista empírico y columnista, al hablar de cierto medio de la 12 de Octubre era pensar en lo mejor, la excelencia. Era el símbolo de la defensa de la democracia. Todos los periodistas anhelaban ingresar a sus filas para laborar en esas redacciones, rodeadas de historias míticas de la lucha contra la dictadura militar. Por desgracia, los tiempos cambian.
El que fuera baluarte accesible para todas las opiniones, sin importar sus ideales, se ha convertido, de la noche a la mañana, en “gacetilla” del poder de turno. Desde columnas anónimas, glosas con tinta envenenada de rencor y odio enfermizo, atacan a adversarios del Gobierno y el grupo empresarial que financió al regente de San Felipe.
Jamás pensamos que los editoriales o reportajes se iban a utilizar para fomentar “carcelazos” o detenciones arbitrarias. Que todo se enfocara en la venganza para perjudicar al prójimo. Así, poco a poco, ese medio se convirtió en una mera sombra que opacaba el icónico recuerdo de aquel luchador desinteresado, que una vez fue el impreso más reconocido del país.
Muchos panameños hemos sido víctimas de la campaña desinformativa, orquestada desde ese medio y su pasquín callejero. El colmo, como vemos al finalizar esta semana, es que asumiendo una línea de comunicación retrógrada, se salen con un editorial cuestionando el fuero electoral, el cual es una garantía para los opositores y candidatos que compiten en las elecciones de un partido político.
Cambio Democrático (CD) se encuentra en un arduo proceso que busca ofrecer al pueblo panameño la mejor opción electoral para mayo de 2019. Empero, el medio antes mencionado nos sale con vilipendiar a todo aquel ciudadano que simpatiza con ese colectivo partidista. No comprenden que mientras más mal se hable de un sujeto, lo persigan o acosen, más fuerte lo hacen. Lo victimizan. Por ello, pese a todo el maremágnum ocurrido desde 2014 hasta la fecha, “Los Locos” siguen siendo la alternativa para cambiar al país dentro de dos años.
El mejor castigo a quienes difamen y ofenden desde el anonimato es ver en los puestos de venta, los miles de diarios que no se compran; las devoluciones que reflejan el descontento de los lectores hacia ese medio. Ni hablemos de las suscripciones suspendidas.
El destino está claro. Rechazo popular a la difamación. El 2019 está cerca y el votante panameño está clarito. Ese será el dolor de los dueños de ese medio, al ver que la gente del “Loco” volverá a ser Gobierno. Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigos y amigas...