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China sigue apostando por la calidad y apertura, con la meta del PIB del 6,5%

La segunda potencia económica mundial también se había fijado el pasado ejercicio la meta de crecer a un ritmo alrededor del 6,5 %.
Video: EFE

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Por: Pekín / EFE -

China confirmó hoy su apuesta por la calidad frente a la cantidad de su crecimiento, al mantener su meta de incremento del Producto Interior Bruto (PIB) en el entorno del 6,5 % para 2018, un año en el que se acelerará la apertura de su economía al exterior.

La segunda potencia económica mundial también se había fijado el pasado ejercicio la meta de crecer a un ritmo alrededor del 6,5 %, pero finalmente batió este objetivo con un incremento del 6,9 % de su PIB en 2017.
Durante la celebración del XIX Congreso del Partido Comunista de China, el pasado octubre, el presidente chino, Xi Jinping, avanzó la importancia de cambiar el modelo de crecimiento, desde uno que primaba la cantidad y se sostenía en la deuda hacia otro en el que lo importante sea la calidad del desarrollo.
"La capacidad de innovación de China tiene que ser más fuerte y la calidad y el comportamiento del desarrollo tiene que mejorar", destacó hoy el primer ministro chino, Li Keqiang, al presentar los principales objetivos macroeconómicos en la inauguración del plenario anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP), el mayor órgano legislativo de China.
Además, China continuará por la senda de su apertura económica en 2018 y permitirá más acceso de inversores extranjeros a ciertos sectores, como el manufacturero, las finanzas, las telecomunicaciones, servicios médicos, educación, cuidado de mayores y vehículos eléctricos e híbridos.
Su modelo económico buscará nuevos factores de crecimiento enfocados en la innovación y las nuevas tecnologías, como internet o inteligencia de datos y artificial, y se centrará en reducir el exceso de capacidad industrial y el apalancamiento de las empresas.
El primer ministro anunció también la meta de inflación para 2018, que se situó un año más alrededor del 3 %, un porcentaje que en el pasado ejercicio no llegó a alcanzarse, ya que el índice de precios al consumo (IPC) terminó el año con un aumento del 1,6 %.
El objetivo de déficit respecto al PIB se fijó en el 2,6 %, es decir 2,38 billones de yuanes (376.070 millones de dólares, 305.150 millones de euros) frente al 3 % del año anterior, lo que supone la primera rebaja en las expectativas para este indicador desde el año 2012 y confirma la voluntad de las autoridades de reducir el gasto y el volumen de deuda.

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"La reducción del objetivo de déficit frente al PIB se debe principalmente a que el crecimiento económico es estable y a la base de un aumento de ingresos; también mantiene abiertas las opciones políticas para la regulación macroeconómica", explicó Li.
En el ámbito fiscal el primer ministro chino anunció una reducción para 2018 de 800.000 millones de yuanes (126.340 millones de dólares, 102.520 millones de euros) en impuestos a empresas y ciudadanos.
Según explicó Li, "China dará prioridad a bajar los impuestos del sector manufacturero y el de transporte, y subir el umbral de ingresos anuales por ventas de los contribuyentes de menor escala", de modo que muchas empresas de bajos ingresos pagarán la mitad.
Las compañías chinas ahorraron el año pasado un total de 918.600 millones de yuanes (145.100 millones de dólares, 117.780 millones de euros) gracias a la reforma fiscal que sustituye el impuesto a empresas por el Impuesto de Valor Añadido (IVA).
Entre los objetivos económicos fijados para 2018, China espera que su economía crezca de forma paralela a la renta media disponible para la población, que se creen alrededor de 11 millones de nuevos empleos urbanos, aumente el empleo de las zonas rurales y que se produzca un sólido aumento de las importaciones y exportaciones.
El Gobierno prevé mantener estable la tasa de cambio del yuan en los mercados internacionales de divisas y pronosticó una política monetaria "prudente y neutral, con una flexibilización o restricción sólo cuando sea apropiado".
Fuera del sector financiero, el Gobierno confirmó que uno de sus objetivos principales es reducir la alta contaminación que sufre el país.
Para ello, Li avanzó una caída del 3 % en el consumo de energía por unidad de PIB, adelantó restricciones en la emisión de los principales contaminantes y anunció una reducción de la capacidad de producción del carbón en 150 millones de toneladas en 2018.
La batalla contra la pobreza es otro de los deberes del Ejecutivo chino para este año. En este sentido, China prevé que a cierre de este año el número de población pobre haya bajado en 10 millones de personas, de los que 2,8 millones serán reubicados en zonas más desarrolladas del país.
El primer ministro insistió también en que China proseguirá la lucha contra la corrupción y las malas conductas, "problemas comunes" en algunos sectores. 

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