Opinión - 01/1/18 - 12:00 AM

2018

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El año 2017 finalizó, y es en este momento que los panameños elevamos plegarias para que el nuevo año 2018 sea de dicha y prosperidad para todos.

Que sirva el nuevo año que hoy inicia, como ocasión propicia para que los panameños -sin distingo de condición social y banderas políticas- nos hagamos un autoexamen de conciencia frente a los antivalores que parecen permear a la sociedad, en el que la indiferencia hacia los grandes problemas nacionales parece ser la tónica de la conducta social.

Las actuales generaciones tenemos una responsabilidad para con los que están por venir y esa legarle una patria solidaria, amable y responsable en el concepto ‘ciudadanía’ no sea una palabra vacía, sino llena de amor por el país.

En este nuevo año, quienes tuvimos la dicha de departir entre familia y amistades, no debemos olvidar “a los que no tienen nada y hasta la tranquilidad de la nada se les niega”, como dijera el inmortal poeta español Federico García Lorca.

El año que nace es propicio para desear a todos un feliz y próspero 2018, pero también para advertir que estas bendiciones no caen del cielo hay que trabajar por ellas con fe y tesón.

Igualmente, recordar que este nuevo año tenemos un compromiso con Panamá y es jugar nuestro papel de ciudadanos para luchar contra la corrupción, el juega vivo, la persecución política y todas aquellas lacras que quieren destruirnos como nación.