Opinión - 28/3/18 - 12:00 AM

Adorar la cruz

Por: Por Roquel Iván Cárdenas (Catequista) Correo electrónico: [email protected] -

Durante el Viernes Santo se lleva al altar la santa cruz cubierta con un velo y acompañada por dos acólitos con velas encendidas, se le entrega al sacerdote que la espera al frente del altar, la descubre un poco de su parte superior e inicia un cántico (que acompañan los fieles): “Mirad el árbol de la cruz”,  el pueblo responde: “Venid y adoremos”. Se repite en tres ocasiones hasta descubrirla totalmente, el celebrante entrega la cruz a sus ministros y el pueblo participa mientras el sacerdote mantiene la santa cruz en alto con la siguiente invitación: “Mirad el árbol de la cruz donde estuvo clavado Cristo, el salvador del mundo”. Respondemos: “Venid y adoremos”.

El Viernes Santo los católicos no adoramos la cruz material, sino el «misterio de la cruz», es decir, a Cristo que por nosotros murió en la cruz. La cruz desde la muerte  redentora de Jesús pasó a ser más que un objeto, un concepto. Por lo tanto, los objetos sagrados que conservamos en forma de cruz quieren significar el misterio de la redención que está indisolublemente unido al Redentor, que es nuestro Señor Jesucristo. Por ejemplo:

Lucas 9,23

“Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.

1Corintios 1,18

“Pues la predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan - para nosotros - es fuerza de Dios”.

Gálatas 6,14

“En cuanto a mí ¡Dios me libre gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!”.


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