Asamblea constituyente
A pesar de que la convocatoria a una asamblea nacional constituyente fue una promesa de campaña del actual presidente Juan Carlos Varela, el propio mandatario más adelante desechó la idea, tildándola de “inconveniente”.
El hecho concreto es que juristas y ciudadanos, así como figuras públicas, reconocen que la actual Carta Magna no aguanta un remiendo jurídico más y lo que hay que hacer es mandarla al basurero de la historia, ya que tal Constitución nació maculada por la dictadura militar que la hizo a su propia conveniencia.
El país necesita una nueva Constitución, que modernice las instituciones nacionales y nos lleve al siglo XXI, porque la que tenemos es de una obsolescencia total, que propicia las más absurdas interpretaciones, como excusa para perpetuar prácticas deleznables.
La herramienta para esa transformación constitucional es precisamente la asamblea constituyente, pero la elección de constituyentes implica que toda la estructura pública actual quedaría en interinidad, porque el organismo sería el máximo soberano de derecho público.
Se entiende entonces, por qué Varela no quiere llamar a la constituyente, ya que sería perder poder, pero esta negativa le está haciendo un tremendo daño al país, que necesita urgentemente una nueva Carta Magna.
Ya en el último tramo de su estéril administración, parece que Varela mantendrá su impostura: no constituyente.