Opinión - 10/5/14 - 01:11 AM

Asamblea opositora

“ Los pueblos tienen el gobierno que se merecen”. Esta frase es tremendamente simbólica y lapidaria. Pese a que la ahora saliente administración gubernamental hizo muchas obras,

Carlos Christian Sánchez Carlos Christian Sánchez

“ Los pueblos tienen el gobierno que se merecen”. Esta frase es tremendamente simbólica y lapidaria. Pese a que la ahora saliente administración gubernamental hizo muchas obras, valió más la promesa hipotética del presidente electo de bajar el precio de la canasta básica. Ya veremos si podrá cumplir con esa propuesta.

Pero igual, el 4 de mayo de 2014 dejó una Asamblea Nacional de Diputados dividida entre bancadas partidistas muy definidas: El partido Cambio Democrático (CD) queda hasta este momento con 30 curules; el Partido Revolucionario Democrático (PRD), con 25; el panameñismo, con 12; el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena), con 2; el Partido Popular, con 1; además de la plaza independiente de la Sra. Ana Matilde Gómez.

La denominada alianza Unidos por Más Cambios del CD y Molirena tiene 32 curules, lo que le da una fuerza consolidada, aunque no con mayoría. En contraste, el futuro gobierno del varelismo tiene solo 13 curules en su alianza, lo cual lo obliga a pescar una coalición con el PRD para tener mayoría y así aprobar leyes o nombrar figuras clave en la administración del Estado. La cifra mágica es 36 curules.

Juan Carlos Varela deberá negociar con el CD-Molirena y el PRD para poder gobernar. De lo contrario, su administración será inestable. Dejando atrás pasionismos y posturas populistas, el nuevo presidente de Panamá tiene que tender puentes con las fuerzas políticas adversarias para cumplir con algunas de sus propuestas electorales, que le dieron el triunfo el pasado domingo.

Solo hay dos caminos: una coalición PRD – varelismo o una alianza CD-Molirena con el partido de Omar. Mucha agua todavía falta por pasar hasta el 1 de julio, cuando debe asumir la nueva directiva de la Asamblea Nacional de Diputados. Por supuesto, los rumores de reuniones de parte y parte están a flor de piel, y dejan la posibilidad de un gobierno sin control del Parlamento, con una piedra en sus zapatos.

Ojalá el presidente electo recuerde que ganó el mandato con el 40% del voto popular. El resto del pueblo panameño, aproximadamente un 60% del electorado, no lo favoreció. El consenso será el camino que debe seguir si es que quiere lograr una administración exitosa desde el Palacio de las Garzas.

Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos…


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