Aventura
Decenas de personas, nacionales y extranjeras, hacen la aventura de conocer el volcán Barú en Chiriquí. Es el punto más alto del país, desde donde se pueden ver ambos océanos. Es uno de los tres volcanes dormidos que hay en Panamá, según los expertos. Los otros están en El Valle de Antón y La Yeguada, pero no despiertan tanto interés como el Barú. El sitio no ha sido aprovechado turísticamente, como ocurre con otros volcanes que hay en Costa Rica, etc. Empresas de telecomunicaciones tienen instaladas desde hace unos cuarenta años antenas para lograr que señales de radio, televisión y ahora celulares lleguen a Chiriquí, Bocas del Toro y hasta el límite con Costa Rica.
Por eso ha existido una carretera para vehículos de doble tracción que lleva personal y material a la cumbre del volcán. A veces les dan un “bote” a personas que no desean o no pueden hacer el esfuerzo para escalar la cumbre. En los últimos años, con el llamado turismo extremo, ha aumentado el uso de la trocha por Paso Ancho en Volcán. Es una ventura extenuante, que atrae no solo a jóvenes del país, sino a turistas extranjeros. Al aumentar el interés por conocer el volcán Barú, es necesario que las autoridades de turismo lo conviertan en una atracción, con comodidades y seguridad para los que lo visitan.
Se recomienda que los excursionistas lleven guías capacitados. Esto no ocurre siempre y ha dado lugar a que se extravíen panameños y extranjeros. Menos mal que las autoridades han logrado rescatarlos a tiempo, pero esto indica que es necesario poner orden en estas visitas al volcán Barú. Algunas personas piensan que si han ido varias veces al lugar, ya están capacitadas para dirigir a otros en esta excursión. Hemos sabido de excursionistas que toman licor por aquello del frío, lo que no es recomendable. En ciertos sitios se pueden ver envases de aguardiente y pequeñas bolsas de basura, que dejan personas irresponsables. Se conoce de algunos casos en los que la altura y el frío han afectado a sujetos de edad media.
También existen leyendas y misterios alrededor del volcán. Una vez que estuvimos a su falda por Paso Ancho, la vimos cubierta de flores. Un amigo guía nos comentó que “los indios conejos las habían sembrado para nosotros”. Explicó que desde hace años existe la leyenda de una tribu que se oculta en ese lugar. Se han hecho excursiones para localizarlos y nunca los han encontrado…