Opinión - 17/5/17 - 12:00 AM

Baño

Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

Para varios panameños se está haciendo difícil circular por la ciudad de Panamá, aunque vivan allí mismo. En lo primero que se piensa es en los tranques, que ya no son en la hora pico, de mayor circulación, sino en cualquier momento. Si no conoce “recovecos” y atajos, usará la ruta tradicional. No solo sufrirá demoras por el tranque y gastos de combustible, se expondrá al manejo desordenado y suicida de algunas personas. Por eso, cuando tuve ganas de visitar la nueva Calzada de Amador, recordé las truculentas historias de las dificultades para llegar y salir de ese sitio.

No sé por qué se me ocurrió visitar al famoso Cholito Mesero del viejo café de Santana. Aunque no tiene carro, él es una persona que conoce sectores populares y cómo llegar a ellos rápidamente. Al enterarse de mi angustia, el bellaco mesero se rio y me dijo que me faltaba un “baño de pueblo” para que comprendiera cómo vive la mayoría de panameños que no tienen automóviles. Nos citamos en la terminal de buses. Mostrándome una tarjeta, señaló que por unos centavos me llevaría a ese lugar turístico bien cómodo y con aire acondicionado.

Mientras esperábamos la solución del transporte, conversé con el señor José Gómez Duarte sobre temas sociales del momento y quedó contento al saber del Cholito Mesero, personaje que admira mucho. Apareció un enorme bus y a mi mente vinieron multitud de quejas del panameño sobre el transporte público. Por unos reales nos sentamos en un asiento con una enorme ventana y un refrescante aire… y comencé a vivir una realidad que no todos conocen. El vehículo circuló por parte de la antigua Zona del Canal y cuando nos dimos cuenta, estábamos cerca de un edificio que parecía mal hecho, pintado con vivos colores llamado Biomuseo.

Estaba asombrado ante este milagroso recorrido y el hermoso paisaje marino, que dejé para otro día enterarme de la historia de Panamá en este llamativo museo. Me envolvió en un ambiente mágico la abundante naturaleza y el canto de los pájaros mezclado con la presencia de algunos árboles exóticos que tienen más de cien años de estar allí. Pensé que los gringos sabían lo que hacían al sembrar tantos árboles que mejoran el clima y dan sombra. Lamenté que los panameños tumben hasta los manglares para cubrir de cemento la ciudad. (Dijo el Cholito Mesero que ojalá el cerro Galera no lo usen más tarde para hacer casas a la gente con dinero).