Cantinflada
La palabra “cantinflada” ha entrado a formar parte del universo idiomático castellano y uno de sus significados usuales es: hablar y hablar y no dar ningún sentido o fundamento de lo que se habla; en resumen, no decir nada.
En razón de lo anterior, tendremos que concluir que la jerga diaria de los diputados panameños son cantinfladas. Resulta que ahora un miembro de nuestra augusta cámara legislativa ha propuesto solemnemente declarar nuestra música vernácula bajo el nombre de “pindín”.
Al paso que vamos, pronto tendremos el Día del Tamal, Día del Chicheme y el Día de la Carne en Palito, por decir lo menos.
Seamos serios. En Panamá hay demasiados problemas que enfrentar, para que los diputados nos distraigan con esta suerte de demagogia folclórica, que lo que hace es denotar un desprecio por el sentido común de la sociedad.
Los panameños queremos un Órgano Legislativo que haga leyes que sirvan al país, que se conviertan en fiscalizadores de la recta administración de la cosa pública.
Aún el país está a la espera de que la procuradora Kenia Porcell divulgue la lista de los coimeados de Odebrecht y en ese sentido, los diputados guardan un silencio casi que cómplice.