¿Cómo hablamos los panameños?
El español es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes. El modo como lo hablamos los panameños tiene su propio ritmo y una melodía única. Así como los tiempos, el idioma cambia y hoy los panameñismos cuentan con espacio propio en las páginas de la Real Academia de la Lengua. Para sorpresa de algunos, incluso tenemos un diccionario: el Diccionario de Español en Panamá de la catedrática Margarita Vásquez.
Conoce el origen de algunas de las palabras que heredamos de los abuelos y que forman parte de nuestro patrimonio cultural.
Abuelazón: El encanto de los abuelos por sus nietos.
Alagartarse: De los que actúan con avaricia.
Conguear: Hacer pasar a otro por tonto.
Carilimpio: Sinvergüenza.
Desguabinar: Dañar algo, romperlo.
Guachimán: Vigilante nocturno.
Guabazo: Golpe fuerte.
Tanganazo: Otra forma de decir golpe fuerte.
Jamaquear: Mover fuerte o violentamente a alguien.
Morrina: Hedor, mal olor, restos putrefactos.
Paloloco: Jugada casual.
Perequero: Que provoca alboroto o desorden.
Rejundido: Lugar apartado, metido.
Rambulero: Persona que dice o hace cosas con burla para causar incomodidad, aparentando no hacer daño.
Serruchadera: Actuar silenciosamente, bajo cuerda, para desprestigiar a alguien.
A balazo: Con rapidez.
Bocón: Hablador, fanfarrón.
webear: Actuar con pereza o lentitud.
Burundanga: Cosa apetitosa, generalmente de dulce, que los muchachos en particular comen a cualquier hora.
Chantin: Casa.
Chupar: Libar cerveza. Tomar Cerveza hasta embriagarse.
Cabriado: Adjetivo conocido mejor como cansado, molesto.
Zambito: Aplica generalmente a un niño muy vivo, a veces terco o guapo en su modo de ser.
Son muchos los llamados panameñismos.
Como hablamos, devela de dónde venimos. Con cada palabra, reafirmamos que el legado de aquellos que nos precedieron corre por nuestras venas y con cada encuentro se extiende a través del mundo entero.