Opinión - 28/7/17 - 12:00 AM

Cuidado

Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

Como en toda sociedad, aquí existen diferentes tipos de personas. En cuestiones políticas sobresalen los negativos, profetas de lo peor, al lado de los superoptimistas, incluso los que no opinan para evitarse problemas. Cuando le pidan opinión sobre aspectos del momento, hay que tener cuidado. A veces se molestarán con sus ideas y hasta lo insultarán o dudarán de sus planteamientos. El otro día, un conocido estaba inquieto. Apenas me vio promovió una conversación sobre la situación panameña. Sin pensarlo dos veces, vociferó que “Panamá estaba lo mismo que Venezuela”. “Pronto nos llamarán la “pequeña Venezuela”, afirmó. Sus palabras eran motivadas por los constantes tranques de calles, algunos de los cuales terminan en batallas campales entre antimotines y pueblo.

Agregó que de seguir esta situación, los turistas no vendrían al país y “se irán al “caraste” los millones invertidos para atraerlos con publicidad internacional. Sostuvo que el recién estrenado Colón Puerto Libre no funcionará porque no vendrán los cruceros, ante el peligro de tumultos y la inseguridad en ese lugar. “Ya ni se puede ir tranquilo al interior porque a cada rato cierran la Interamericana, exigiendo reparaciones en comunidades pobres”, añadió. Cuando se calmó, le indiqué que estaba de acuerdo con que vivimos los comienzos de una “explosión social” en sectores pobres. Como sociólogo y periodista, he señalado esta situación varias veces.

Sin embargo, los gobernantes prefieren aferrarse “al país de las maravillas”, pensando que en meses eso cambiará al terminarse proyectos de viviendas, carreteras, servicios higiénicos, etc. Esto hizo que el caballero aprobara con la cabeza mis palabras, que en parte respaldaban su inquietud. Pero como dicen algunos en la nueva bananera de Puerto Armuelles, “siempre hay un pero” en los análisis sociopolíticos. Afirmé que era exagerado comparar lo que ocurre aquí con la crisis de Venezuela. Allá se lucha por cambiar un sistema de gobierno impopular, que ha llegado a ser una dictadura civil, según varios analistas.

Aquí se trata de protestas por la lentitud de la acción del gobierno, que en tres años no ha podido cumplir muchas de las promesas que hizo. No le gustó esto al conocido. Dijo que allá algunos quieren una nueva Constitución y aquí también, aunque el Gobierno se hizo el “chivo loco” y no se atreve a convocarla. “Mire, aquí sobra la comida, a pesar de estar cara, y allá se protesta porque no hay”, reforcé mis argumentos. Molesto me dijo que a lo mejor “era chavista” (¿?). (Dice el Cholito Mesero que “el presidente no debe hacer chistes con las cosas serias de la vida nacional”).