Opinión - 08/1/18 - 12:00 AM

Declinar

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Amplios sectores ciudadanos han mostrado su rechazo a la designación de Ana Lucrecia Tovar y Zuleyka Moore, por parte del presidente Juan Carlos Varela, como nuevas magistradas de la Corte Suprema de Justicia.

Este rechazo no es gratuito, sino que responde a la convicción de que tanto Moore como Tovar, no ejercerán el cargo con independencia, sino que se convertirán en guardaespaldas jurídicos del mandatario al cesar este en el cargo.

Frente a esta realidad y al hecho de que el Ejecutivo no tiene todos los votos para imponer a ambas ungidas es que se ha decretado una suerte de receso, que al no dudarlo no será tal, sino que tras bastidores continuarán las pujas y repujas por la obtención de los votos necesarios para que la Asamblea de Diputados apruebe los cuestionados nombramientos.

La ciudadanía debe estar alerta para que no se burle la voluntad nacional de contar magistrados probos, inteligentes, que den lustre a la Corte Suprema, para que este órgano del Estado se sacuda de una vez por todas de la corrupción percibida en sus decisiones judiciales.

En nuestra opinión y frente al rechazo de las grandes mayorías, lo más sensato que pueden hacer las designadas por Varela es declinar para facilitar el proceso, toda vez que la tozudez, tanto del mandatario como de sus aliados, lo que va a provocar es una paralización de la administración de justicia.

En un aspecto más general, la insistencia de imponer a magistradas sin credibilidad, lo que está es enrareciendo el clima político y social del país y puede dar lugar a conatos de manifestaciones, que sabemos cómo empiezan, pero no cómo terminan.

Mirémonos en el espejo de países hermanos, sumidos en interminables crisis, precisamente, porque sus gobernantes se niegan a escuchar al pueblo.