¿Dictadura en la Unión Europea?
El caso de Cataluña y sus argumentos para separarse de la España post colonialista, por sus características y consecuencias, confirma que puede estar dándose un nuevo y escandaloso caso de otra dictadura, luego de la disolución de la Generalitat a manos del mal recordado Francisco Franco. A raíz de las medidas que pretende asumir el gobierno del PP a través de Mariano Rajoy, respaldadas por la “corona” -quienes tienen casos pendientes con la justicia- la situación complica, no solo a España sino a toda la llamada Unión Europea, que, en esta caso sí, parece estar unida, tal vez por otros casos de independencia de muy vieja data con los pueblos del país vasco y Escocia, por citar algunos, o el de Kosovo que pudo lograrlo en el 2008 y que fue avalado por la Corte Internacional de Justicia.
Cataluña tiene y merece el derecho de autogobernarse, además por el arrastre de irregularidades en que viene incurriendo España, interna e internacionalmente, y que le causan daño a los españoles y peor, a los catalanes, económica, social y políticamente, habiendo sido víctima de ataques terroristas sin que el pueblo catalán tenga o haya tenido que ver con actuaciones de gobernantes españoles. España viene sumiéndose en una crisis que golpea con fuerza a los pobres, con ajustes y recortes, quedando no solo sin fuentes de empleo sino despojados de sus viviendas y urgentes necesidades, todo cuanto pretenden ocultar las autoridades gubernamentales. España, como Grecia e Italia, sufren consecuencias de pésimos gobiernos y acuerdos con la Unión Europea sobre “rescates” y sanciones a la Federación de Rusia, perdiendo como grupo, con esto último, la suma de trescientos mil millones en exportaciones por año a esa Federación, según cálculos autorizados.
El señor Rajoy se equivoca nueva y gravemente como gobernante, tal vez tratando de distraer la atención interna e internacional sobre la situación que se vive en ese país. Valerse de una Constitución –amañada en concepto de entendidos – y mal interpretada, arbitraria e ilegítimamente, reclama la capacidad de disolver el Parlamento catalán arrogándose la facultad de convocar a “elecciones” y asumiendo todas las funciones de los diferentes estamentos como Interior, economía, hacienda, asuntos exteriores, enseñanza, gobernación, trabajo, agricultura y pesca, lo que constituye la instauración de una feroz dictadura. Según él, su objetivo “es lo que dice el sentido común (el suyo), tratando de abrir una etapa en que se respete la ley y se recupere la convivencia”, todo lo cual, y más, ha violado su gobierno en Cataluña y que ha sido confirmado con pruebas, antes, durante y después del reciente Referéndum, el cual, a pesar de haber sido ganado por el SI, Puigdemont y todo el equipo de gobierno, que pretende destituir Rajoy de un plumazo, le han dado la oportunidad de dialogar. ¿Qué se desprende de esta actuación de Rajoy y su partido con mayoría en el Congreso?, una clara dictadura. Sin embargo, este jefe de gobierno, que mantuvo a toda España sin gobierno por casi un año hace poco, pretende justificarse “asegurando” neutralidad institucional, bienestar social, crecimiento económico y libertades para los catalanes, todo lo cual, no lo ha dado a toda España como debió hacerlo desde el comienzo de su gestión y está a la vista. ¿Ir a estos extremos será lo que conviene a esta España en crisis? Luego de sostener que el “Referéndum no ha existido” siendo que con todas las arbitrariedades, abusos, heridos y detenidos, se dio y ganó abrumadoramente el SI, ahora pretende algo peor. El pueblo catalán en manifestaciones de calle - solo en Barcelona, más de cuatrocientos cincuenta mil, léase bien - reclamaron nuevamente el 21 de octubre “libertad e independencia” Estos son los resultados de fracturas y elecciones de personas incapaces enquistadas en partidos políticos de Europa, como en América, que luego se convierten en depredadores de pueblos alrededor del mundo., Fe, fortaleza, lucha mancomunada de pobres que no se dejen engatusar por promesas que nunca dicen en campaña como ni en cuanto tiempo van a realizarlas. Tampoco prestarse a ser comprados por becas, jamones o bolsitas de comida que regalan con la plata de los impuestos que paga el mismo pueblo.