Doble rasero
Dinero de la empresa brasileña Odebrecht entró en el 2009 a la campaña del actual presidente Juan Carlos Varela, esa es una realidad indubitable que el mandatario no puede negar, aunque la matice diciendo que, en ese momento, la constructora brasileña no era objeto de cuestionamientos públicos, por temas de corrupción.
La realidad no puede ser matizada. Jaime Lasso, cercano colaborador de Varela, recibió fondos de Odebrecht que a su vez depositó en las cuentas del hoy gobernante Partido Panameñista, que abanderó la candidatura del mandatario.
Ahora, con las llamadas delaciones premiadas, sale a la luz que la “donación” de Lasso se hizo a través de sociedad anónima Poseidón, registrada en Antigua y Barbuda. Frente a esta realidad, es reprochable la doble moral política del mandatario, quien dijo que las "donaciones políticas no son delitos”, tratándose de su partido, pero fuera de él, es decir, a terceros, sí son delitos, en un inútil esfuerzo de desvincularse de la trama de corrupción en el que ha sido señalado por el propio Lasso y antes por Rodrigo Tacla Durán y el examigo y exconsejero Ramón Fonseca Mora.
Los panameños nos damos cuenta fácilmente de que se pretende vincular con inocultable selectividad a funcionarios de la administración Martinelli, mientras que se busca dejar fuera a allegados de la actual administración y a la que gobernó el país del 2004 al 2009, que fue la que trajo al país a Odebrecht.
Estamos a favor de una investigación transparente, sin ningún tipo de selectividad, “caiga quien caiga”, como dicen por allí. Lo que no podemos permitir es que el proceso investigativo se convierta en fuente de impunidad para salvar a algunos y hundir a otros.