Opinión - 22/7/17 - 12:00 AM

Egocentrismo LGBT

Por: Carlos Christian Sánchez Columnista -

En la reciente película de MARVEL, “Los Guardianes de la Galaxia, Volumen 2”, los héroes espaciales se enfrentaron con un ser con un poder inmenso, capaz de crear un planeta y sus criaturas, gracias a su “ego”. Casualmente, así se autodenominaba. Todo era para él, hasta el punto que su ambición era tomarse el universo y satisfacer su sed de dominio infinito.

Basta con adentrarse en las redes sociales para descubrir a muchos con el “ego” al límite. El político, el dirigente gremial, el periodista, incluso hasta el mismo presidente de turno, piensan que son centro de la atención. Que ellos son quienes mandan, sin aceptar las diferencias o discrepancias del adversario u otras personas. Por eso, nuestro país no avanza y la vanidad se desborda, generando males en vez de beneficios al resto del pueblo.

Ejemplo del egocentrismo que vivimos en la actualidad es la discrepancia referente al tema del matrimonio entre parejas del mismo sexo. Debido a una demanda interpuesta por una pareja de extranjeros, impulsada por un bufete con apellido de un famoso pirata, la opinión pública panameña se debate entre quienes defienden los valores tradicionales y la familia, versus los “más abiertos”, que propugnan por la “ideología de género”.

Dos marchas dividieron al país en las últimas semanas. Una era promovida por la comunidad “LGBT” (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) y la otra, mucho más multitudinaria, de las principales iglesias cristianas, se tomaron las calles de Panamá. Pero eso no quedó allí. En el mundo virtual, los debates a favor y en contra de la ideología de género llegaron a los extremos. Tanto es así que en los grupos de Whatsapp, varios tuvieron que hacer un alto, frenando las campañas de insultos.

Panamá es una sociedad viciada por los egos. Y claro, esa actitud personalizada de no ceder tiene mucho que ver en la polémica que analizamos. La intolerancia reina por todos lados, pero también los extremistas de bando y lado quieren imponer sus posturas, sin pensar en que debemos aceptar que vivimos en una democracia, con libertad de opiniones y diversidad en pensamientos.

Basta ya de las posturas extremas. Dejemos atrás los egos y sentémonos, dialoguemos para lograr consensos. Respetemos las posturas, pero no impongamos criterios, porque “yo mando en el país”, pese a que la gran mayoría de los panameños defendemos los valores familiares y religiosos.

Dios creó al hombre y a la mujer. No Adán y “Evaristo”, como decía un meme por allí. Lo dejo hasta allí y me retiro lentamente. Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigos...