Opinión - 13/7/18 - 12:00 AM

El Derecho a la Educación para los Adultos Mayores

Por: Por: Gabriela Arosemena Montenegro Twitter: @Gabby_Aro -

Dentro de las diversas actividades que pueden realizar las personas una vez alcanzada la edad de adultez mayor, el estudio puede llegar a ser una de las más satisfactorias. Ciertamente la edad no debe ser un impedimento para aquellas personas que deseen iniciar una nueva carrera, ya sea porque les nace el deseo de aprender algo nuevo o por ser algo que no pudieron realizar en una edad más temprana. Lo anterior no es algo fuera de lo común, toda vez que a lo largo de la vida nos encontramos con situaciones que nos impiden poder culminar una carrera ya sea por compromisos de familia, situaciones financieras entre otros factores.

En Panamá, contamos con la Universidad del Trabajo y la Tercera Edad, adscrita a la Universidad Nacional de Panamá que ofrece una oferta académica atractiva para aquellas personas que sientan el deseo de aprender algo nuevo y diferente, que pueda darle un sentido distinto a la vida particularmente en esos años de jubilación en donde el significado del factor tiempo cambia, y en donde se hace imprescindible sentirse útil y productivo por el bien de la salud mental, no sólo los adultos mayores de la capital ya que ésta casa de estudio cuenta con extensiones a nivel nacional en todas las provincias exceptuando la de Bocas del Toro.

En Panamá es muy común ver personas que trabajan durante el día y estudian en la noche al mismo tiempo que tienen una familia esperando en casa, lo anterior constituye un gran sacrificio y aquellos quienes logran mantenerse hasta el final del camino y obtener el título son dignos de admirar, por otro lado, es también común ver personas, quienes durante su adultez iniciaron un carrera con ansias a destacarse profesionalmente en un campo determinado pero como mencioné anteriormente, circunstancias ajenas a la voluntad propia son las que causan aquella deserción universitaria.

La buena noticia es que no hay porqué rendirse, en un artículo anterior hablaba sobre el síndrome de nido vacío, ese que afecta a los adultos mayores una vez los hijos hacen su vida y los padres se jubilan, pues ¿adivinen? Éste es el momento preciso para retomar aquella carrera dejada a “medio palo” como se dice en buen panameño; o para tomar un curso, una especialización, seminarios que incluso puedan llevar a este adulto mayor en edad de jubilación a emprender un pequeño negocio, genial si contara con apoyo de familiares y lo que pudiera convertirse en un gran proyecto de vida, y ¡sí! Todo esto logrado en el estadío de la adultez mayor. Exhorto a los adultos mayores, lectores de este diario a hacer por lo menos la diligencia de averiguar las opciones académicas pues las hay, sólo se necesita su voluntad.


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