El insomnio
El insomnio es un trastorno que consiste en la incapacidad para conciliar el sueño o permanecer dormido. En los pacientes que lo sufren, la duración y la calidad del sueño es baja e interfiere en su vida cotidiana. Este trastorno se manifiesta con una dificultad para iniciar el sueño, para mantenerlo o mediante un despertar final adelantado.
Se pueden establecer cuatro causas del insomnio:
Cambios fisiológicos: el envejecimiento produce cambios en el patrón del sueño. En las personas mayores, es frecuente la reducción de las horas y la calidad del sueño y un aumento de la somnolencia diurna.
Estilo de vida: los cambios constantes de horario, bien por cuestiones laborales o por los viajes (jet-lag) provocan alteraciones en el ritmo circadiano.
Fármacos: entre los medicamentos y sustancias que pueden alterar el sueño se encuentran los antihipertensivos, anticolinérgicos, hormonas, estimulantes, esteroides, antidepresivos, broncodilatadores, descongestionantes, antineoplásicos, la cafeína y la levodopa.
Patologías físicas o psicológicas: algunas enfermedades asociadas con el insomnio:
Trastornos cardiovasculares: insuficiencia coronaria, insuficiencia ventricular izquierda y arritmias cardiacas.
Trastornos pulmonares: enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma.
Trastornos de la conducta alimentaria (TCA): anorexia nerviosa.
Trastornos endocrinos: disfunción tiroidea.
Trastornos neurológicos: cefaleas, enfermedad de Parkinson, lesiones en el tálamo.
Algunos tratamientos
No ver la televisión, ni leer ni comer en la cama.
Separación mínima de una hora entre la última ingesta y acostarse.
Evitar las comidas copiosas.
Eliminar el alcohol ya que, a pesar de inducir el sueño, produce despertares precoces y reduce el tiempo total de sueño.
Reducir el consumo de cafeína y tabaco.
Practicar ejercicio físico regular, pero nunca antes de acostarse.