Opinión - 04/8/17 - 12:00 AM

Fantasmas

Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

Desde el año 2010, un número de panameños desconocidos, entre ellos mi esposa y yo, somos fantasmas en nuestro propio país. Legalmente no existimos por culpa de errores cometidos en el censo de ese año. Por más de ocho horas reclamamos a personal que censaba frente a la casa. Se llamó a autoridades del censo para que corrigieran la falta de la persona que tenía la obligación de tomar los datos de nosotros. En un momento perdí el control y a gritos traté de que se corrigiera esta falla, pero ¡a nadie le importó! Al final del día y sin haber almorzado, nos atrevimos a salir de la casa, exponiéndonos a una multa por no estar censados. Lo que más molestó fue que atendieron a unos y de nuestro lado nos quedamos esperando.

Fue incómodo ver a varios funcionarios sentados en la acera, sin hacer nada más. La excusa es que a ellos no les tocaba atender este lado de la calle. Después se supo que ese censo fue uno de los peores realizados. Como culpa se señaló que el nuevo gobierno había hecho cambios en funcionarios del censo para poner a su gente. Esto afectó la planificación del censo que tenía años. Ahora va a ocurrir un fenómeno parecido porque el censo del 2020 se va a realizar con un nuevo gobierno. No nos extrañaría que la politiquería vuelva a enredar la efectividad de una actividad que por años fue muy seria en Panamá. Causa inquietud que faltando menos de tres años no se hayan actualizado los datos de la mayoría de los corregimientos del país.

Esta vez se habla de modernizar el censo. Se dice que la mayoría de los empadronadores van a usar “tablets” y otros dispositivos electrónicos. Como si fuéramos del “primer mundo”, hasta habrá empadronamiento por internet… ojalá esta moderna tecnología no enrede más una actividad que se ha hecho por años de casa en casa y con papel y lápiz. Para que un censo tenga éxito, hay dos aspectos importantes: una minuciosa planificación y que las personas sean sinceras al contestar las preguntas. Ninguna “tablet” puede certificar que lo que diga una persona es correcto o no. Menos que las respuestas electrónicas que den las personas se ajusten a la realidad, y echen por tierra una actividad que cuesta más de 15 millones de dólares.

Aunque no haya participado en los censos, como sociólogo hice varias entrevistas en sectores pobres y campesinos. Encontré cantidad de personas que me mentían ante preguntas delicadas. Por ejemplo: ¿cuál era el ingreso familiar?, ¿qué bienes posee? Y su estado familiar. (Dice el Cholito Mesero que es una vergüenza que le tiren los antimotines al pueblo que pide escuelas en buen estado y agua potable).