Opinión - 31/7/17 - 12:00 AM

Futuro

Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

Llamó la atención leer que para el 2030 nuestro país podrá declararse “libre de hambre”, según informe de la FAO, organismo de las Naciones Unidas. En el artículo se daban cifras de la oscura realidad de Panamá, que tiene años de conocerse, pero no se ha solucionado. Da pena que internacionalmente se enteren de que casi medio millón de nacionales no se alimenta bien. La contradicción es que uno de cada tres panameños tiene sobrepeso por comer mal y no hacer ejercicios. Volvieron a “asolear” que los niños originarios de las comarcas sufren de hambre, lo que en cifras pasa de seis de cada diez. Este dato lo conocí como periodista hace más de treinta años y no ha cambiado. Se hacen esfuerzos, pero no son suficientes para eliminar este mal social.

Es una vergüenza para un país que reconocen tiene una “sólida economía”. No se dice que a la par sufre de una de las peores distribuciones de la riqueza… Malo es que desde hace años se conoce “la cara oculta” de la pobreza panameña. Basta con revisar los censos nacionales en los que se expone esta cruda realidad, que debe ser el principal objetivo de cualquier gobierno. Se sabe que medio millón de nacionales vive con un dólar al día desde hace años. También que casi la mitad de las personas “económicamente activas” son buhoneros o informales. No gozan de Seguro Social ni jubilación. Más de cincuenta mil viviendas tienen piso de tierra, que no es saludable y señala que hace falta construir más viviendas modernas para los pobres.

La realidad de la vivienda es viejo, causa invasiones a terrenos de los “sin casa” y provoca problemas económicos, de salud y legales. Mientras aumentan edificaciones millonarias, se sabe que pasan de cincuenta mil los nacionales que no tienen viviendas dignas. Viven de “arrimados” o son indigentes. Cuatro de cada diez panameños no tiene luz, agua potable, ni se alimenta bien. Esto provoca a cada instante protestas de cierre de vías que son desalojados por antimotines. Estamos viendo el comienzo de una “explosión social” que puede terminar la paz social necesaria para prosperar. Esta realidad conocida desde hace tiempo y que los gobiernos no han podido mejorar, no debe ser objeto de chistes. Tampoco lo que se relaciona con la justicia y la corrupción.

Ya estamos entrando en la política y esperamos que se hable de mejorar al país y no se engañe como ha sucedido antes. Regalar enseres realmente no acabará con estos “cánceres sociales”. (Señala el Cholito Mesero que se debería prohibir a algunos funcionarios que hablen para que no “metan la pata”).