Impunidad
La renuencia del Ministerio Público de recabar el acervo probatorio que vincula al actual mandatario Juan Carlos Varela con el escándalo de Odebrecht, y remitirlo al órgano que tiene la competencia funcional para investigar al mandatario, este es la Asamblea Nacional, constituye una suerte de complicidad institucional.
A estas alturas, ningún panameño duda de la vinculación de Varela con la empresa brasileña denunciada por casos de corrupción transnacional: los cheques a su nombre, las triangulaciones de las donaciones, hechas a través de la Fundación Don James al gobernante Partido Panameñista con dinero salido de sociedades vinculadas al gigante brasileño, son buena prueba de ello.
Los vinculaciones de los esposos Niño, Jaime y Michelle Lasso, todos allegados a Varela, los dichos del examigo Ramón “El Rayo” Fonseca Mora, Rodrigo del abogado y exoperador de Odebrecht Rodrigo Tacla Durán, todo apunta a Varela y a allegados.
Sin embargo, los fiscales de Kenia Porcell insisten en mirar para otro lado y buscar “la fiebre en la sábana”, como reza un popular dicho; olvidándose deliberadamente que “el enfermo” es la actual administración que tiene mucho que explicar de sus vínculos con los brasileños.
Si esos evidentes vínculos no se investigan, se está propiciando la impunidad y corrupción que ofende a la justicia y al deseo de todos los panameños, deseosos de saber el tiempo, modo y lugar de la trama delictiva que toca a altos jerarcas del régimen y sus llegados.