Opinión - 24/7/17 - 12:00 AM

Justicia de novela

Por: José Raúl Mulino Exministro de Seguridad Pública -

Los últimos tres años han sido inclementes con los que somos CD. Hayamos o no pasado "preventivamente" por la cárcel, los medios del Gobierno o afectos a este han emitido veredictos de culpabilidad a través de sus coberturas y editoriales, al punto que cuando un juez decide algún recurso en favor nuestro, lo cuestionan, presionan y vilipendian.

En las últimas semanas, al ver avanzar el tiempo del gobierno de Varela, han iniciado la publicación de listados de varios casos alegando mora de la justicia, casi que diciendo que no nos han condenado aún. Exponen cifras que van desde los 300 millones hasta miles de millones de supuestas pérdidas de dineros públicos. Además, no se han tomado el tiempo para actualizar cada caso, sacando una mezcla de inexactitudes que se contradicen con lo que sucede en el expediente de cada caso. Fuera de las confesiones, cada caso tiene sus detalles y los defectos y nulidades son reales, situación que explica en parte "la mora". Hay apuro en condenar, no en realmente hacer justicia.

Mi caso principal aparece en el listado con una afectación al patrimonio público de ¡120 millones! Total mentira. La fiscal Moore planteó al meterme preso que eran 68 millones, pero que a mí no me hacían cargos por corrupción en esa investigación. Probé en exceso tal falsedad, al punto de demostrar que fue este gobierno quien pagó esos 68 millones y que esa prueba me fue negada por la "diligente" e inolvidable fiscal Moore. Desde la cárcel escribí en detalles. Sin embargo, ya se olvida el arreglo que hizo el Gobierno con los italianos en el cual, entre otras cosas, afirmaron que no hubo irregularidades y alabaron la empresa y fueron muy felices a Italia a recibir un helicóptero, gestión que el periódico del Gobierno calificó de "histórica" gracias a la diligente función de su "embajadorcito" en Italia. Este caso aguarda una decisión del pleno de la Corte donde se definirá su nulidad, entre otros recursos que he presentado. El Gobierno negoció y yo sigo con medida cautelar de país por cárcel. La Sala Tercera se pronunció por sustracción de materia en la aberrante tesis de desviación de poder esgrimida por el "casi magistrado". El Gobierno cerró el tema y yo sigo con el caso, al punto que tuve que presentar un “habeas data” para que me dieran los documentos del arreglo con Italia. Pero tranquilos, todo pasa...

Ayer escucho a Varela decir que vía las dos televisoras afines, TVN y Medcom, sigamos los capítulos de las novelas y que, al final de su gobierno, todo se habrá dilucidado. Que de allí pagará a jubilados y no sé qué otras cuentas más. Miente abiertamente y, aparte de un mal chiste, es una confirmación sin ambages de que él controla el “show” mediático y de justicia; ahora sus novelas. Se cree eterno y no parece recordar que le falta menos y que deja tras de sí irreconciliables actuaciones de persecución y maldad a mucha gente ejecutadas a través de sus autoridades dóciles que solo espero no aleguen en su defensa obediencia debida. Jamás he dicho que no se investigue, pero de allí al atropello del derecho y la justicia, hay todo un trecho de distancia.

Nadie les cree su cuento de justicia. La selectividad es insigne y las fallas de muchos de esos expedientes por carencias de pruebas lícitas e idóneas serán de vital importancia cuando recobremos la mesura y justa aplicación de la ley. Prueba del manejo del tiempo y la justicia es el caso Odebrecht que lacera hasta sus ya no tanto aduladores e inquisidores mediáticos de hace tres años. La credibilidad de Varela es rara y escasa. Mientras, el contralor desayuna ante los ojos de santa Librada.

Como abogado, comprendo bien lo que pasa y lo analizo en detalle respecto de mi expediente. Ni en dictadura vivimos lo que hemos visto, y lo digo con conocimiento de causa porque fui perseguido y sometido a dos procesos. Pero todo tiene y tendrá su final, sobre todo el tiempo.

Solo nos queda contar los días. ¡Cada uno que pasa es uno menos de todos ellos allá!