Justicia para ablandar opositores
El gobierno panameñista ha vuelto a su vieja andanza de utilizar a la justicia para ablandar a la oposición política, para que aprueban todas sus actuaciones.
La reciente admisión de una investigación por contrabando de madera en la que se vincula a un diputado perredista, el ventilar el caso de Blue Apple en la que figuran parientes políticos de otro integrante de la Asamblea Nacional y negar la prescripción de un proceso al exmandatario Ricardo Martinelli, son ejemplos de esas actuaciones.
Ya es usual del aparato de inteligencia de la Presidencia de la República recurrir a los fiscales, jueces y a la Corte Suprema de Justicia para presionar a dirigentes de los colectivos Cambio Democrático y del Partido Revolucionario Democrático (PRD).
La intención del varelismo es aplicar la vieja táctica norieguista de las “Tres P”: Plata para el amigo; Palo para el indeciso y Plomo para el enemigo.
Y es que el mandatario Juan Carlos Varela insiste en la ratificación de Zuleyka Moore y Ana Lucrecia de Zarak como magistradas de la Corte Suprema de Justicia y como aún le faltan algunos votos que no ha podido conquistar con prebendas, recurre a la presión judicial para torcer el voto de los diputados.
Sin embargo, las bancadas de diputados del PRD y del CD deben entender que están próximas a sus primarias y su posterior postulación como candidatos a la reelección y las bases de su circuito reclaman que ejerzan su rol opositor y no ser colaboracionistas del oficialismo.
Varela también debe entender que su mandato se acaba y que por esa presión que hoy ejerce, mañana puede ser objeto de procesos ya sea en la propia Asamblea Nacional o en otras instancias cuando culmine su mandato.
El Ejecutivo debe entender que hay separación de poderes y Varela tiene que asimilar que él no el Rey Luis XIV de Francia con su sentencia absolutista: ¡El Estado soy yo!