Opinión - 16/1/18 - 12:00 AM

Leales vs. traidores

Por: -

Los grandes liderazgos de la historia han necesitado del apoyo de hábiles organizadores y capitanes de masas, que con su militancia diaria les preparan el terreno para el triunfo, pero también existen los traidores, los cuales son de diversa laya.

A Arnulfo Arias lo traicionaron, a Belisario Porras lo traicionaron, a Torrijos lo traicionaron y quisieron exiliarlo, en fin, la traición es un imponderable y escenario al que debe enfrentarse todo líder social y político. Lo que tienen en común estos personajes es que salieron avante, pese a la deslealtad, y desenmascararon a los traidores.

En el caso del partido Cambio Democrático (CD), es indudable que dentro del rejuego democrático, y en tiempos normales, son necesarias las contiendas internas, en las que se prueba si quienes se autodenominan líderes tienen el poder de convocatoria necesario para hacer avanzar al colectivo.

Empero, no son tiempos normales, tenemos un gobierno de corte autoritario, que pretende dictar pautas a los medios de comunicación, perseguir a opositores a través de la judicialización de la política e infiltrar quintas columnas dentro de los grupos adversos.

En ese sentido, la jornada política del domingo de CD es, sin duda, una lucha entre leales al expresidente Ricardo Martinelli y desleales a su gestión.

Es un hecho que no hay igualdad de armas en esta contienda, ya que pretender disputarle el liderazgo a Martinelli, quien está limitado en su libertad ambulatoria, es jugar sucio y con ventaja.

Actualmente, CD es el único partido realmente de oposición al impopular régimen imperante. Es una realidad que un sector de la dirección política del otro partido que ahora se dice opositor mantuvo durante los primeros tres años del varelismo un escandaloso maridaje con el partido oficialista.

Por el bien del sistema democrático del país, es necesario que exista una oposición saludable y vigorosa, no infiltrada y mediatizada como pretende el actual gobierno.