Magnicidio
Era una noche para celebrar ese 2 de enero de 1955. El presidente panameño José A. Remón Cantera, el “Chichi” para sus amigos, tenía todo bajo su control. Se había convertido en el primer presidente militar de la historia. Pensaba que sus enemigos políticos no podían afectarlo. Los tenía controlados de diversas maneras. Desde las suaves, como ofrecimientos de puestos, etc. hasta las duras (¿?). Entró a la historia panameña con los nuevos tratados del Canal. Su frase “ni millones ni limosnas, queremos justicia” era famosa. Muchos le decían que podría seguir siendo presidente de este país… Pero… sonaron unos ruidos y alguien gritó que ¡”no eran cohetes”! Amigos que compartían comida y tragos con el “Chichi” en el antiguo Hipódromo Juan Franco (hoy Obarrio) fueron a dar al suelo. Otros se tiraron al comprender que estaban siendo atacados a balazos. Unos guardaespaldas dispararon sin saber hacia dónde estaban el o los atacantes. Segundos después se dieron cuenta que las balas salían de una muralla de arbustos cerca del sitio de la fiesta.
Así terminó su vida el mandatario que pensó que tenía “todo bajo control”. En Sociología Penal se considera magnicidio el asesinato de un mandatario. Luego del tiroteo sucedió el caos en la capital. Los rumores iban por todas las esquinas. Aparecieron personas heridas supuestamente relacionadas con el atentado. Se detuvo a varios sujetos, uno de ellos un norteamericano (Lipstein) cuando iba a salir del país. Horas después lo soltaron, a pesar que pudo haber sido el tirador. El arma que se usó fue una subametralladora alemana, de la Segunda Guerra Mundial. Había que saber usar un arma de este tipo para poder alcanzar al presidente y sus amigos. Panamá se estremeció hasta las bases y lo ocurrido fue noticia mundial. Lo que vino después fue un desbarajuste legal y político. Se condenó al supuesto autor intelectual del magnicidio antes que el material. El vicepresidente Ingeniero José R. Guizado fue a la cárcel por meses. El abogado Rubén O. Miró se burló de las autoridades con falsas pistas del crimen. Un investigador internacional fue sacado del país. Cuando sus pesquisas incomodaron a los nuevos mandamases.
Al final, en un juicio espectáculo Miró fue declarado inocente. Se tuvo que soltar al Ing. Guizado… y el crimen de Remón quedó en el limbo. Por muchos años nos preguntábamos “¿Quién mató a Remón?”, como ejemplo que en Panamá se podía asesinar al presidente y quedar en nada. Entre las versiones de las causas circularon líos internacionales de drogas, grupos de poder enemigos de Remón y hasta arnulfistas disgustados porque él como Comandante de la Policía sacó a balazos al presidente Arnulfo Arias años antes. La nación se ajustó a un nuevo orden… y seguimos para delante, ¡hasta el golpe militar!