No más silencio
La Procuraduría General de la Nación no puede seguir guardando silencio ante la vinculación con el escándalo de Odebrecht, de conocidas figuras allegadas al actual gobernante Juan Carlos Varela, que han confesa con pelos y señales, el ‘modus operandi’ de la constructora brasileña en la trama de corrupción a la que se vincula a diputados y que apunta al propio mandatario de la nación.
Con mucho tino, un indignado ciudadano posteó en las redes sociales, que son muchos que están ‘hasta la tusa’ en esta compleja trama en la que ejecutivos de la firma carioca le pasaron millones al partido gobernante utilizando sociedades anónimas off shore, ubicadas en paraísos fiscales.
Como hemos dicho hasta la saciedad, no puede ser que a unos sí y a otros no se le investigue sobre el escándalo, pero la triste realidad es que eso es lo que está sucediendo, lo que revela una intolerable selectividad en el funcionario de instrucción, que ofende el sentido mismo de la justicia y la defensa.
Hemos sido claros al plantear que no deben privar los tecnicismos procesales para salvarle el trasero a unos a costa de otros. La norma constitucional es clara cuando señala que el objeto del proceso es el reconocimiento de los derechos consignados en la Ley, lo que significa también que el proceso no puede ser un obstáculo para la legítimo ius puniendi estatal.
Ante la gravedad de los hechos que han salido a la luz pública que vinculan al médico Jaime Lasso con donaciones, el Ministerio Público no puede seguir guardando un silencio, casi que cómplice o escudarse en formalismos procesales: debe investigar, ese es su compromiso patriótico, de lo contrario seguirá reinando la impunidad.