Patriota
Si hay alguien que luchó porque Panamá tuviera una nueva Constitución fue el Doctor Carlos Iván Zúñiga. Me parece verlo haciendo mítines relámpagos en estacionamientos de supermercados, pidiendo una nueva Carta Magna. Por años aprovechó cualquier tribuna para convencer al público de sus palabras, en un período dictatorial donde eso podía costarle la libertad. En programas radiales se defendió de los ataques de algunos que apoyaban la dictadura y trataban de manchar su reputación con calumnias y mentiras.
Consideraba el doctor Zúñiga que una nueva Constitución abriría el camino a la terminación del gobierno dictatorial. Claro que luchaba contra “molinos de viento”, como hizo el Quijote de La Mancha. Reunió un grupo de profesionales que respaldaban sus ideas y buscó la manera de enviar su mensaje a diferentes partes del país. Varias veces se enfrentó a represiones en las calles, donde puñados de valientes mostraban su disgusto con el gobierno de los militares. Su voz fuerte, su lenguaje elocuente, nunca fue callado por los enemigos de la Democracia.
Después de la invasión de EE.UU. logró la Rectoría de la Universidad de Panamá, en unas elecciones limpias. Una de sus frases sobre la nueva responsabilidad fue la “rectoría será mi tumba o mi pedestal”. Desde la Colina enfrentó la tarea de reorientar una Universidad que estaba controlada por la dictadura. Yo fui electo Decano de la Facultad de Comunicación Social. Tuve su respaldo para profesionalizar el cuerpo docente. Figúrense que la tercera parte de ellos no tenían títulos de las materias que dictaban.
También apoyó la creación de carreras de Periodismo en el interior y la construcción de un anexo para la Facultad. A pesar de ser un período difícil dejó la rectoría sin críticas ni escándalos… La existencia del Dr. Zúñiga fue ejemplo de luchas en favor de los intereses populares. Se destacó como abogado de sindicatos que reclamaron sus derechos a poderosas empresas nacionales y extranjeras. Fue considerado como uno de los pocos “picos de oro” panameños, o sea grandes oradores que impactaban con su verbo y análisis.
De sus manos surgieron numerosos artículos de opinión para periódicos, así como libros que recogieron sus ideas legales. Yo conté con su amistad, que se extendió a su esposa e hijos y que hoy todavía perdura. Aunque a veces no coincidíamos en enfoques y métodos de acción, siempre lo admiré y respeté por su rectitud. Por eso un gobierno declaró “Día del Patriota” la fecha de su fallecimiento y la Facultad de Derecho lleva su nombre… (Dice el Cholito Mesero de Santana que si legalizan la marihuana como medicina… ¡habrá muchos enfermos en el país!).