Ratas
Desde la conocida y tradicional definición del hombre como “animal político”, ofrecida por Aristóteles, hasta el día en que el panameño más parecido a la Rathus Rathus
Desde la conocida y tradicional definición del hombre como “animal político”, ofrecida por Aristóteles, hasta el día en que el panameño más parecido a la Rathus Rathus (rata de alcantarilla) asumiera el poder absoluto en Panamá, nadie ni siquiera yo que he estudiado el 100% de las más de 50 especies de roedores panameños, se hubiese imaginado el descalabro tan estrepitoso de nuestra sociedad al perder el poder el psicópata que por 8 años gobernó al país con la fuerza de las armas, la intimidación, la inmoralidad y con una ausencia total de escrúpulos.
El 20 de diciembre de 1989 fue para las ratas de campo y de ciudad la oportunidad de los alumbramientos en masa, había terminado la disciplina que mataba si a alguna de ellas se le ocurríese siquiera pensar. La miasma de las cucarachas y de otras criaturas de Dios se dispusieron a producir hongos y moho cuyos hedores comenzaron a tapar los sudores de las gentes decentes y trabajadoras. El Estado dejó de ser un opresor despiadado, para convertirse en un poco importa aliado de la inseguridad generalizada. El poder concentrado en solo criminal expiró quedando el país a merced de una cantidad variopinta de ratas hambrientas con capacidad excepcional para la delincuencia en cualquiera de sus formas, sabiendo que podían comprar impunidad y cualquier favor en cualesquiera de los poderes del Estado cautivo. El narcotráfico, los negociados, el peculado; cada una de estas instituciones abrazó la política con la fortaleza de las boas quebranta huesos llamada por los cholos coclesanos: cabeza de perro. Pero Panamá sigue respirando, cortito, esperando que una rata nuevamente haga imperar la disciplina.
Hoy, en pleno 2014, cualquier culicagado pandillero de 12 años con un revólver sin cacha, manda si quiere en las escuelas del corregimiento y tanto los corregidores como los alcaldes voltean la cara hacia el infinito.