Opinión - 17/12/17 - 12:00 AM

RESCATE DEL OLVIDO # 512. EPIFANIO GARAY 1849 - 1903

Por: José Morales Vásquez vmorales037@outlook.com -

Continuación de la crónica de Jorge Conte Porras publicada el domingo 3 de febrero de 1985 “La Estrella de Panamá” y que tituló Epifanio Garay, artista panameño nacido en Bogotá.

En el almuerzo de despedida que le fue ofrecido al presidente de Colombia en el salón del Club de Golf, hizo uso de la palabra don Leonidas Escobar, un panameño nacido en las tierras de Antioquia, pero quien ha hecho raíces profundas en nuestro suelo, tras más de 40 años de convivencia con nosotros.

En su brillante exposición, Leonidas Escobar hizo un recuento de los lazos tradicionales que unen a nuestros pueblos, haciendo un inventario de los muchos istmeños del XIX que se destacaron en Bogotá, en el campo de las artes, las letras, la educación, el derecho y la política partidista. En este inventario destacó en igual forma las plurales figuras de nuestro medio, originarias del país colombiano, y quienes luego de constituir entre nosotros sus grupos familiares se convirtieron en figuras cimeras de nuestro acontecer.

Olvidó en esta oportunidad don Leonidas, a una figura de excepción, como don Epifanio Garay, nacido en la ciudad de Bogotá el día 9 de enero de 1849, pero quien se casó en Panamá en el año de 1870, con la dama panameña Mercedes Díaz Remón, y de la cual nacieron varios hijos, cada uno de las cuales le dio lustre a nuestra patria.

En el año de 1943, la Universidad Nacional de Panamá realizó como un acto solemne, una exposición de pinturas de don Epifanio Garay, y editó un folleto en el que se encuentran importantes referencias biográficas del pintor Garay.

En el folleto se dan repetidas citas de don Coriolano Leudo, entonces director de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Bogotá, y quien nos dice de Garay….

“En Colombia, el arte grande reapareció verdaderamente con Epifanio Garay i Caicedo, artista apasionado, habilísimo pintor, que abrió sus ojos a la luz bogotana en la tarde del día 9 de enero de 1849”.

Nos agrega Coriolano Leudo que Garay alternaba sus brillantes dotes de artista del pincel con sus hábiles dedos musicales como bajo profundo.

Don Antonio Gómez Restrepo, académico colombiano de la lengua, pronunció una conferencia sobre el desarrollo de la pintura en Colombia, en la que nos da en igual forma una significativa referencia de Garay….

“Ahora comparecen las dos principales figuras de nuestro arte pictórico, en la época moderna, Epifanio Garay i Caicedo y Ricardo Acebedo Vernal. También ofrecen contraste. La pintura del primero es más enérgica y vigorosa, la del segundo de más suave idealidad”.

“Garay dejó pocos cuadros de composición; lo mejor de su obra lo constituye su galería de retratos, basta para ello su gloria”.

El muy conocido historiador colombiano Luis López de Meza, al referirse de las obras de Garay nos advierte… “Luego apareció la gran figura artística de Epifanio Garay i Caicedo, el verdadero creador de nuestra escuela enchida de ideal y de arrogancia, técnico y agraciado con la inspiración a la vez, quien dotó a la República con obras perdurables, algunas suficientemente noble como para resistir un paralelo afortunado con sus similares en países de antigua tradición, tanto en nuestro continente como en el viejo mundo”.

Se nos dice que Garay fue un hombre trashumante e inquieto, que vivió en diversas ciudades de los Estados Unidos y Europa, no sería aventurado asegurar que para realizar estos viajes, debió haber vivido de su pincel y dejar en cada una de estas ciudades algunas obras desconocidas.

Estudió Bellas Artes en París, trabajó como artista del canto en una compañía operática de Italia y en igual forma se desempeñó como fotógrafo, primero en Panamá y luego en Colombia, pero sin abandonar jamás sus pinceles. Recientemente recibimos un Boletín Cultural del Banco de la República (Bogotá, Colombia) en donde existe un estudio de Jesús Rincón de la Serna sobre del personaje que nos ocupa y quien nos dice… “Desde su extrema niñez, Garay mostró una capacidad excepcional para el dibujo, que suscitó la admiración primero en el estrecho círculo de sus familiares y luego de sus maestros. Ya crecido, viajó Garay a los Estados Unidos para acrecentar sus conocimientos, estudiar las obras de los grandes maestros norteamericanos examinar sus técnicas y hallar finalmente las secretas claves de la realización artística”.

CONTINÚA.