Sin maquillaje ni bótox
Si existe un momento y circunstancia que demuestra que la justicia panameña está más torcida que un rabo de puerco, es ahora con Odebretch. Hasta hace poco, Kenia Porcell se la pasó haciendo conferencias de prensa para ventilar procesos, filtrando a medios de comunicación oficialistas información reservada, con el fin de mancillar apellidos, conduciendo y apresando personas frente al país. Varela y su aparato judicial se dieron gusto con sus adversarios políticos. Nada más delicioso que verlos subir y bajar escaleras, avergonzándolos públicamente, haciéndolos desfilar esposados de manos y pies ante periodistas hambrientos. En colusión con algunos medios, los condenaron precozmente, haciéndoles purgar con cárcel una pena, sin juicio ni condena.
Mientras estos excesos suceden, en Brasil se sigue desenredando la trama de corrupción "mais grande do mundo". El infame caso Odebretch ha tocado las fibras más profundas de la política latinoamericana. Kenia, como reina de la selectividad, hizo caso omiso de la colaboración judicial solicitada por su homólogo de Brasil, quien la denunció internacionalmente. Es tan clara la génesis de esta obstrucción que no hay maquillaje ni bótox suficiente para disimular tanto descaro. La procuradora se está burlando de todos, jugando a las escondidas con los expedientes que involucran a Juan Carlos Varela y sus cómplices en la maraña de coimas de Odebretch. Gracias a los misterios que encierra este colosal escándalo, de repente pasaron de la justicia en alta definición, en vivo y a todo color, a la del cine mudo y en blanco y negro. Pero Varela y su amiga no contaban con que la opinión pública es como el agua, que con la presión sube hasta que se filtra por los rincones, se mete por las más estrechas ranuras e inunda hasta lo más resguardado.
Los amigos del Gobierno han pasado de la defensa irracional a la incredulidad. De ahí al silencio y ahora no les ha quedado más que reconocer que todo era una farsa de un Varela corrupto. Es tan evidente que este gobierno está metido hasta el cuello en el inmundo lodo que representa Odebretch, que la actitud protectora de la fiel procuradora y sus fiscales tiene indignados hasta a sus más férreos defensores. Ella tocó fondo, pues, después de atropellar con un bulldozer judicial a los funcionarios del gobierno pasado, ahora invoca un nuevo set de reglas procesales por tratarse de las coimas de la administración actual. Ahora sí hay un proceso que respetar, presunciones de inocencia que proteger y derechos que cuidar.
Como con el tiempo todo maquillaje se corre y el efecto del bótox pasa, hoy vemos la cara desfigurada de una justicia sin independencia, al servicio del poder. Definitivamente, el salvajismo judicial de Kenia es exclusivo para Martinelli y su entorno. Para muestra el botón del hermanito mimado de la vicepresidenta Isabel de Saint Malo, quien estando en el mismo expediente de los hijos de Martinelli goza del trato VIP de la procuradora, haciéndolo entrar a la fiscalía a deshoras y a espaldas de los medios para que no lo toque ni el pétalo de una rosa. Por fortuna, ajenos a las intenciones proteccionistas de la procuradora, otros países no tienen interés en hundir a unos y salvar a otros. Estar o no en el poder al momento que explota Lava Jato es algo circunstancial. La verdad al final saldrá.
Tristemente, la selectividad de la justicia es un carrusel. Más temprano que tarde, cuando este gobierno baje las escalinatas del Palacio de Las Garzas, a los que hoy gozan de la protección de Kenia les tocará pasar por la moledora que significa estar fuera de la papa. No se quejen cuando estén sufriendo en carne propia los abusos que ellos empezaron.
Lo que está sucediendo en Panamá no es justicia. Por el bien del país, llegó el momento de pensar en algún tipo de amnistía, pues más que justicia, necesitamos una reconciliación nacional. El país se hunde en odios. Bien lo dijo el columnista colombiano Ramiro Bejarano Guzmán: "Peor que la justicia que se prodiga por cuenta de la corrupción y los favoritismos es la justicia espectáculo o con agenda política...".
¡2019 a la vista!