Opinión - 05/4/18 - 12:00 AM

Ticos

Por: Por Alfonso Zamora Periodista -

Las recientes elecciones en Costa Rica son el final de una revolución que se inicia en 1948, cuando el arzobispo Víctor Manuel Sanabria reta a los gamonales que explotaban a los campesinos e intenta un cambio social.

El prelado reunió a los comunistas y socialcristianos para impulsar reformas sociales, como la Caja de Seguro Social, Código de Trabajo y la nacionalización bancaria, entre otras.

Pero cometieron el error de hacer un fraude electoral contra el conservador Otilio Ulate, estallando la revolución que enfrenta a José Figueres, fundador del socialdemócrata Liberación Nacional, el socialcristiano Rafael Ángel Calderón y Manuel Mora, líder comunista.

Los izquierdistas toman el poder y llevan a cabo fusilamientos, pero desde la Zona del Canal, los gringos amenazan a Mora con una invasión para que abandone el poder.

Sanabria, frente a la amenaza de los gringos, negocia la entrega del poder a Figueres, a quien le pide el respeto por las conquistas populares, que mantuvo y fortaleció.

Figueres entrega el poder a Ulate y llega al poder nuevamente en los 50 y, posteriormente, en los 70, cuando cumplió con la legalización del partido comunista y el establecimiento de la embajada de Rusia.

Además, establece una ley de cogobierno con quienes se alternaban el poder, o sea los socialcristianos, en la formación de las juntas directivas con 4 miembros oficialistas y 3 opositores.

Con la repetición del Partido Acción Ciudadana (PAC) en el poder, los ticos cierran la época de las ideologías y las nuevas generaciones buscan otras forma de gobierno.

Hay que destacar que Otón Solís, fundador del PAC, fue de Liberación Nacional y enfrentó unas primarias, en las que la cúpula le cerró al paso evitando la reingeniería del colectivo.


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