Opinión - 29/11/17 - 12:00 AM

Unidad

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“¿El poder para qué?”, respondió el político liberal Darío Echandía frente al ejercicio del poder en las trágicas horas del “Bogotazo” colombiano y el atroz asesinato del caudillo Jorge Eliécer Gaitán, en 1948.

Se ha dicho, y no sin razón, que el ejercicio del poder no es un fin en sí mismo, sino un medio para servir a la ciudadanía y para la realización de los postulados de justicia social y democracia.

En los comicios del 2009, Ricardo Martinelli rompió con el bipartidismo que venía dándose desde los albores de la república con liberales y conservadores y que continuó con el PRD-Panameñista, alternándose en el poder.

Martinelli respondió bien a esa pregunta: las obras, las instituciones creadas, los beneficios para las clases populares, esa fue la respuesta. El poder para llevar la felicidad al pueblo. Ni más ni menos.

En la hora oscura que vive el país, donde campea la tristeza y el pesimismo, frente a un futuro incierto, es necesario volver la mirada a la era de realizaciones del quinquenio 2009-2014.

Por ello, aunque tal vez resulte incompresible para algunas mentes cerradas, dogmáticas o estrechas, la estrategia de unidad lanzada por el líder histórico de Cambio Democrático, es la más adecuada en el momento actual para fortalecer ese colectivo y convertirlo en la herramienta de triunfo en los comicios por venir.

"Unidad, unidad y más unidad", parafraseando al revolucionario jacobino francés Georges-Jacques Danton, es lo que requiere el país para sacudirnos de una vez por todas a los corruptos.