Una mancha en el papado
Al papa Juan Pablo II se le reconoce haber ayudado a que el comunismo se viniera abajo, haber inspirado a una nueva generación de católicos durante un
Al papa Juan Pablo II se le reconoce haber ayudado a que el comunismo se viniera abajo, haber inspirado a una nueva generación de católicos durante un papado de giras mundiales y haber explicado la enseñanza eclesiástica en temas polémicos mientras el cristianismo llegaba a su tercer milenio, pero el escándalo de abusos sexuales que ulceró su mandato sigue siendo una mancha en su legado.
Juan Pablo II y sus colaboradores más cercanos no asumieron la gravedad del problema de los abusos, sino hasta casi el final de su papado de 26 años, a pesar de que desde la década de 1980, los obispos de Estados Unidos pedían a la Santa Sede una forma más rápida de lidiar con los curas pederastas.
Se cree que lo vivido por Juan Pablo II en Polonia —bajo un gobierno comunista y nazi, donde sacerdotes inocentes muchas veces eran desacreditados con acusaciones inventadas— influyó en su defensa en general hacia el clero.