Amor o plata: ¿qué prefieren?
¿Amor o plata? Lancé la pregunta a un grupo de conocidos. Algunos esquivaron el tema, otros respondieron con monosílabos y unos pocos abrieron el corazón, el sentimiento o el bolsillo.
El tema se me ocurrió al escuchar a un taxista malhumorado, porque lo dejó su antiguo “culo”: ¡me han hecho el corazón maldito!, exclamó el transportista, mientras relataba que le daba de todo a esa mujer. Me quedé como el “man” del vallenato, que después que la jarté de pargo rojo, me abandonó, exclamó mientras maldecía en todo el trayecto.
Pero hay gente que no tiene tanta “basura” sentimental. Descubrí que chicas jóvenes profesionales de 25 años como Ana Lorena y Macarena todavía creen en el amor. Sus ojos le brillan cuando las abordo sobre el tema; les pregunto ¿qué prefieren: plata o amor? No lo piensan mucho y optan por Cupido.
Sin embargo, detecté que las mujeres que pasan los 30 alegan ser más prácticas y prefieren el dinero. No sé si es por decepción con los hombres, o no han conocido a alguien que les mueva el piso o su llamada “alma gemela”; o si las deudas pesan más que el sentimiento; o quizás su corazón ya tiene forma de caja registradora o el materialismo las absorbió y les preocupa más comprar un carro nuevo, andar elegantes, o ir al salón de belleza a cada momento. Cada una me argumentó sus razones, en fin, pensando solo en el dinero.
A Jatzit Singh Gutiérrez, nadie lo conoce por ese nombre, pero si usted pregunta por “El Tuerto” en el área de los busitos piratas en los predios del 99 de San Miguelito, todos saben quién es. Con su peculiar voz anuncia la ruta de los buses: ¡Los Pueblos, Parador!
A “El Tuerto” le hago la pregunta: ¿Amor o plata? Se me echa a reír y me mira como diciendo: este tipo está raro. ¡Ey viejo, el amor no existe, es solo costumbre. Con la plata tú consigues lo que quieras!, esa es la respuesta de este filósofo popular, mientras lanza una carcajada, me pega un manotazo en el pecho como diciendo: ¿te gustó mi respuesta? Luego vuelve a su oficio: ¡sale el próximo, hagan filas!, grita con su voz ya desgastada de tanto pregonar las rutas de los “piratas”.
Sicología, a la gente le interesa es el poder
El Dr. en Sicología, Pablo Antonio Thalassinos, sostiene que los tiempos han cambiado a las personas. En este siglo 21 a la gente ahora los mueve el “poder”. Antes era lo espiritual y el amor, ahora todo se mueve por interés, agregó.
“Cada uno, por convicción, debe buscar la Luz. La Luz de la Libertad de Conciencia para todos los hombres y mujeres…hay que diseñar la ruta cuyos senderos están comprometidos con lo que nos acerca a la dignidad”, sostuvo Thalassinos.
Zulay: el amor me quita el “stress”
En el debate entró la polémica Zulay Rodríguez. Yo prefiero el amor, porque me libera endorfinas que provocan paz, felicidad y relajamiento. El amor libera el “stress” y la ansiedad; el dinero es material, ayuda temporalmente y se acaba, sostiene la diputada que en el Pleno no tiene pepitas en la lengua para denunciar al “Matraqueador” y los poderosos donantes de Varela como “El Patrón”.
Un amigo llamado “Peter” –el tipo prefiere que no revele su apellido- opina que el amor es para los jóvenes. Cuando se es viejo uno se enamora de la mujer que lo pueda mantener en su vejez, sostiene este hombre que tiene muchas millas acumuladas y vivió en el Viejo Continente.
“Peter” tiene salidas de humor. El hombre viejo, salvo que tenga plata, no se enamora; si está fondeado vives como Hugh Hefner en la Mansión Playboy con unos pastelones, pero sin billete, uno no quiere ni ir al geriátrico, sentencia.
El periodista Rubén Murgas es de los que prefiere el amor. La plata significa comprar o vender algo, y soy alérgico a ambas.
Una que me sorprendió fue Karol Lara, es joven, pero parece no creer en el amor. De amor no se vive, el que se enamora pierde, y a mí no me gusta perder. La veo algo incrédula y me asesta la puñalada para reafirmar: ¡cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana!, así reza el dicho y así es la vida real, agrega.
El abogado Alexis Sinclair lanza su teoría: lo ideal sería optar por el amor, pero hay que ser sincero, el amor disminuye ante la ausencia de plata. Aunque suene sarcástico, preferiría el dinero, para darme a la tarea divertida de encontrar el amor, añadió.
Las pendejadas del director
Hay gente que cuestiona que abordo esos temas sensibles, pero omito mis experiencias. En lo personal opto por el amor. No sé si seré pendejo o idealista, pero creo en eso. No solo es amor por placer. Conforme uno avanza en la vida, el amor tiene sus etapas. De niño gocé el amor de mis padres; a lo largo de mi vida me enamoré en varias ocasiones y cuando las cosas terminaban sentía morir, me faltaba el aire, la mente se activaba cuando escuchaba el nombre de la que se fue y pensé que sería más fácil tener una tecla y darle “delete”; me ponía flaco como un fósforo –ahora estoy delgado por la diabetes-.
También existe el amor por los hijos y el de estos por uno. He sido afortunado por haber logrado esos tres tipos de amores. Hay gente que no ha tenido ninguno; les falta algo. No he sido rico, ni lo seré, pero la plata al final no compra momentos de felicidad. Aquí los dejo. ¡Haga hoy su tarea y con honestidad pregúntese ¿qué prefiero: Amor o Plata?!