Por: Diógenes Santamaría / Redacción para Crítica
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La tranquilidad del templo Santiago Apóstol en Natá se convirtió en un campo de batalla cuando una mujer perdió los estribos y trató de darle con una silla al sacerdote en pleno atrio.
Cuentan los testigos que el padre estaba confesando a una joven cuando la mujer llegó furiosa, exigiendo que la atendieran primero. Al recibir una explicación, se encendió más y desató el caos.
El cura tuvo que correr a la casa cural para protegerse, mientras la agresora lo siguió hasta allá. Por suerte, unos jóvenes del pueblo intervinieron a tiempo y evitaron que la cosa se pusiera peor.
En el pueblo, la gente no sale del asombro. ¿Qué está pasando? ¿Dónde quedó el respeto al templo?
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