No Culpable

La comparecencia de los testigos que laboraban en el Consejo de Seguridad fue impactante. Desde amenazas y torturas de todo orden hasta la participación de Varela en interrogatorios al margen de la ley
No Culpable

No Culpable

Por: José Raúl Mulino Q. Exministro de Estado -

He seguido en lo que se ha podido el proceso de Ricardo Martinelli a partir del momento en que fue detenido en Miami con fines de extradición. Lo fui a visitar a la cárcel en Miami y pude comprobar lo riguroso, por decir lo menos, de ese centro carcelario. Desde aquel momento hasta su arribo a Panamá detenido he seguido el proceso aquí, primero a nivel de la Corte Suprema dada su entonces condición de miembro del Parlacen y, luego de la declinación de competencia, en los estrados del SPA al haber renunciado al parlamento, como establece la ley y que muchos trataron de forzar. Como abogado que soy, el seguimiento al caso por vía de las diversas coberturas noticiosas hechas a fiscales y defensa, me permitieron crearme un criterio personal de lo que estaba viendo. No me cabe la menor duda de que la estrategia de Varela y su andamiaje manipulador era juzgar y condenar a Martinelli en la Corte, tribunal de única instancia.

Sin embargo, la salida del Parlacen movió el escenario hacia un tribunal de tres jueces, elegidos de manera pública, que cambió el norte del proceso y comenzaron a ejercer, fiscalía y defensa, dentro de parámetros justos y con amplia capacidad para ambos sectores de ejercer su trabajo. Los medios son testigos. En paralelo, continuaba el acoso mediático de manera incansable. Para la cadena de medios adversos a Martinelli la ley era irrelevante y debía prevalecer su criterio de “justicia”, dejando a un lado la letra y espíritu de los códigos y de la Constitución. Había que condenarlo haciendo abstracción de lo que contaba en el expediente y que poco a poco fue saliendo en el estrado. Si me equivoco, hay que leer el editorial de La Prensa del viernes 9 de los corrientes para entender a lo que me refiero.

El desfile de testigos de la fiscalía fue abrumador en número pero confuso e inconsistente respecto de sus testimonios. Reveladores de una manipulación de pruebas y personas, bajo métodos alejados del derecho sin precedentes. La cobertura noticiosa daba cuenta de lo que estábamos viendo y pude crearme una idea de lo que allí sucedía. Nunca fui a las audiencias. No puedo opinar de un caso sin conocer el mismo de manera integral, pero sí puedo crearme un criterio, quizás marginal, de lo que observo y analizo como abogado. Este tema es jurídico y nada más, aunque, en ejercicio de libertades que nadie cuestiona, opinaban personas que no conocen el derecho y que por su vinculación al caso, su cercanía o lejanía a Martinelli, hablaban con categóricas posturas independientemente de cuán acertadas fueran en función de la ley. Vimos de todo.

La prueba digital, a mi juicio, fue de gran importancia. El Lic. Sittón nos adentró en explicaciones y conceptos novedosos, por lo menos para mí. La rotura de sellos a los CD, la inexistencia de cadena de custodia, las revelaciones del perito del Instituto de Medicina Legal aportado por la Fiscalía fueron demoledoras. Las reiteradas posiciones de los querellantes en cuanto no poder vincular de manera directa a Martinelli con el objeto del proceso resultaba evidente y apuntaba hacia el veredicto alcanzado. Si se iban a embarcar en la acusación todos esperábamos pruebas contundentes para demostrar culpabilidad; pero no, armaron un caso de manera negligente pensando, creo yo, que la fortaleza mediática y de opinión pública incidiría en los jueces. Recuerdo una declaración del Fiscal González respecto de lo dicho por el perito de ellos en el sentido de que no importaba si los CD pudieron ser violentados o manipulados luego del peritaje ya que las víctimas los identificaban como propios los correos y eso fortalecía su teoría del caso. O sea, no importaba la ley ni las rigurosidades probatorias, había que avanzar hacia la condena. Fueron muchas declaraciones así que me permitían observar que el curso del proceso era absurdo, en favor de la defensa, pero, sin embargo, el factor de los juzgadores sería fundamental ya que podían observar no solo los testimonios sino el lenguaje corporal de los interpelados. Como fiscales renunciar a cerca de 40 testimonios fue inédito. ¡Ellos tenían que probar el delito y la culpabilidad!

Pero la comparecencia de los testigos que laboraban en el Consejo de Seguridad fue impactante. Desde amenazas y torturas de todo orden hasta la participación de Varela en interrogatorios al margen de la ley y el sustento que dio el reportaje de Adela Coriat sobre la “procuraduría paralela”, de la que muy pocos opinaron con la vehemencia de otras causas, desnudaron a sus actores y viciaron el proceso de manera insalvable. Ahora todos esos actores deberán rendir cuentas por tantas violaciones a claros principios y derechos so pretexto de forzar la condena de su enemigo. Una salvajada desde todo ángulo. Acusar sin imputar, otra barbaridad.

Lo sucedido a Martinelli no escapa a muchos de los procesos declarados nulos por violaciones a garantías y derechos. Alegarlo es el derecho del acusado aunque muchos identifiquen el mismo con impunidad; ¡ojalá nunca les toque! Por pasarnos por encima limpiaron el piso con la legalidad de los procesos y hoy se falla sin temores. Ya no está Varela, aunque quedan sus adláteres mediáticos. Pero el de Martinelli era el caso emblemático. Todo esto incidió en el criterio juzgador unánime que no es poca cosa. Para los enemigos oficiosos ahora hay crisis, los jueces no sirven, son de pacotilla dijo una, el sistema judicial colapsó, todo porque eran partícipes de la más aberrante manipulación de hechos y circunstancias con un fin perverso que no era sólo Martinelli. Es cierto, y hace rato lo decimos, que el sistema judicial está en crisis, como lo está el sistema jurídico-político del país, pero no se preguntan si lo actuado con Martinelli y otros casos desde fuera del sistema no es la causa mayor de su colapso. ¿O es que esos “detallitos” son irrelevantes porque no les salió bien el entuerto? Pretender justicia cometiendo delitos es inaudito.

Se cierra un capítulo y se abren muchos más. Tuvieron todo a su alcance para litigar con probidad. Escogieron el camino equivocado pensando en que eran eternos.

Contenido Premium: 
0

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.