Ventura: me fugué solito

Ventura: me fugué solito

Ventura: me fugué solito

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Gilberto Ventura Ceballos –el secuestrador y asesino de cinco jóvenes chino-panameños- se queja que le violan su presunción de inocencia, que lo mantienen esposado las 24 horas del día y que los tongos -cuando llegó deportado desde Costa Rica- lo cocinaron a golpes desde el aeropuerto de Albrook hasta la sede de la Policía de Ancón.

Tal como se anticipaba, el juez de garantías Adrián Hernández declaró legal la detención y la imputación de cargos a Ventura por evasión y asociación ilícita tras haberse fugado de La Joyita, el 28 de diciembre.

El dominicano –que se disfrazó de mujer para escapar de la prisión- llegó a la audiencia en la sede del Sistema Penal Acusatorio, en Plaza Ágora, custodiado por casi 30 agentes de la Unidad de Fuerzas Especiales Contraterrorismo (Ufec), a bordo de la camioneta #83644.

Los de la Ufec parecían unos “Robocops” con los rostros forrados y armados hasta los dientes; solo se les veían los ojos, lo cual contrastaba con una chica agente de la DIP que los acompañaba y mostraba su bello rostro y solo se cubría con una pequeña gorra distintiva de su departamento y caminaba radiante por todas las instalaciones del SPA.

Ventura Ceballos llegó esposado y con grilletes; lucía zapatillas Nike Air Max que cuestan casi $200, suéter gris y un jeans de marca. Se mostraba sereno y frío; de vez en cuando consultaba –de boca a oído- a su defensor de oficio Edgar Belfield.

A los pocos minutos de iniciar la audiencia, se ordenó retirarle las cadenas y esposas que lo aprisionaban. Uno de los dos “Robocops” que no se le despegaban en la sala de audiencia, se arrodilló y se tomó casi 30 segundos en retirar los grilletes y las “manillas”.

Gilberto dijo tener 42 años. Nació el 25 de julio de 1975. Como dirección dio la celda “La Chirola” en la Policía de Ancón. Reportó estudios de bachillerato, pero no recordaba el colegio donde lo hizo. Alegó que cuando estuvo en La Chorrera ganaba $200 semanales en un negocio de reparación y venta de accesorios de celulares.

El “mata-chino” –tal como era conocido por los otros presos de La Joyita- afirmó ser soltero y cuando le preguntaron si alguien dependía de él, exclamó: que antes sí, pero ahora no, por su condición de convicto.

En la audiencia, Ventura prestaba mucha atención cuando el juez Hernández repetía y repetía que debían respetarle sus derechos y la presunción de inocencia. ¡Entiendo señor magistrado, pero lo de la presunción de inocencia y otras cosas, no se me han respetado!, expresó.

Al hablar en la audiencia, el dominicano dijo que ante los ojos de Dios, no puede negar lo evidente: su evasión, pero rechazó la asociación ilícita. Afirmó que no hubo colaboración de policías y civiles en su fuga. Sería una “burla” al Ministerio Público alegar que me ayudaron a escapar. ¡No acepto la asociación ilícita!, sostuvo.

Por la fuga que se dio entre las 2:00 p.m. y 3:00 p.m. de La Joyita, existe un proceso contra el cabo Carlos Pérez, Azael Caballero, Ricardo Rojas, Angie Smith y otra persona.

Ventura y su defensa plantearon un acuerdo de pena con la Fiscalía por economía procesal y “ahorrarle” gastos al Estado.

El hombre no es tonto, sabe que por evasión pagaría una pena de 4 años, pero por asociación ilícita las canas van desde 3 años hasta 12 años. Si es condenado por asesinato múltiple Ventura puede ser condenado hasta por 50 años, pero un acuerdo pactado entre Panamá y República Dominicana limita la pena hasta 35 años.

Es casi seguro que Ventura aprovechará las facilidades del sistema para buscar la reducción de 1/3 de la pena y pagar 24 años de prisión, de los cuales hay que reducir ya cinco de los que purgó antes de su fuga.

En la audiencia, el defensor público puso al descubierto posibles fallas y violaciones a convenciones de derechos humanos y de la Constitución por la actuación de funcionarios de la Policía y del propio Ministerio Público, que exponen al Estado a futuras demandas.

El abogado Edgar Belfield enumeró un rosario de violaciones, entre ellas, el que se mantenga bajo videovigilancia 24/7 a Ventura, la golpiza que le propinaron, el estado de incomunicación que se le mantiene, el no respeto al derecho de defensa y el que no se cumpliera con los tiempos procesales que obligaban a presentar al dominicano ante un juez 48 horas después para legalizar su aprehensión, lo que se hizo 8 días después.

Las peticiones de la defensa para abordar en la audiencia esos señalamientos fueron declaradas improcedentes por el juez Adrián Hernández; sin embargo, le recomendó al abogado de Ventura presentar la denuncia ante las autoridades competentes y al fiscal David Mendoza atender y verificar lo referente a los golpes y condiciones de reclusión del dominicano.

La audiencia de ayer duró dos horas con 27 minutos; arrancó a las 9:00 a.m. y culminó a las 11:27 a.m. Ventura se retiró como llegó: custodiado por una pila de policías que se desplazaban en tres camionetas casi de paquete y un patrulla. Una decena de familiares de la víctima presenciaron el trámite en el SPA.

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