Flores, hot dogs y rezos: así se vive el Día de los Difuntos
Decenas de vendedores se observan apostados a lo largo de las calles que conducen al camposanto.
Lo que antes era una jornada de recogimiento y ofrenda a los seres queridos, hoy se ha transformado en un verdadero hervidero comercial. Durante el Día de los Difuntos, los alrededores de los cementerios del país lucen más como ferias populares que como lugares de descanso eterno.
En un recorrido por el cementerio municipal de Juan Díaz, se observó decenas de vendedores apostados a lo largo de las calles que conducen al camposanto.
Ya no solo se ofrecen flores y coronas, sino también comidas, sopas, hot dogs, sodas, jugos naturales, carnes en palito, raspados, lentes de sol y hasta prendas de fantasía ofrecidas por comerciantes extranjeros.
“Uno tiene que buscar el real donde haya gente, porque la cosa está dura”, comentó un vendedor mientras atendía a los visitantes que llegaban con flores en la mano y hambre en el estómago.
Otros afirmaron que, ante la falta de oportunidades, no les queda otra que “seguir a la multitud”, ya sea a un cementerio, una romería o un desfile.
Aun así, los vendedores se mostraron optimistas. “Dios es grande y esto va a mejorar”, dijo una mujer que ofrecía jugos naturales bajo un sol inclemente.