La conspiración contra Martinelli
En la contienda electoral de 2014, el expresidente no solo tenía en contra los medios de comunicación, también lo estaban los más poderosos grupos económicos
En la imagen, el expresidente Ricardo Martinelli. / Foto: Archivo
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Por: Demetrio Olaciregui Q. / [email protected] -
Por considerarlo de interés reproducimos un artículo de la decana La Estrella de Panamá
Cuatro meses antes de las elecciones de mayo del 2014, altos ejecutivos de los principales medios de comunicación nacionales acordaron divulgar únicamente noticias negativas sobre la gestión del entonces presidente Ricardo Martinelli. Así lo aseguró un prominente dirigente del PRD que participó en la reunión y reveló el acuerdo alcanzado. ‘Revisa el contenido de los noticieros de esos meses para comprobarlo', añadió.
Se coordinó, de ese modo, un plan para incidir en la derrota electoral del candidato de Martinelli, José Domingo ‘Mimito' Arias, exministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial, y su partido Cambio Democrático (CD).
Arias se había impuesto ampliamente en las primarias de CD a su más cercano contrincante, el exministro de Relaciones Exteriores y Asuntos del Canal, Rómulo Roux.
En el desarrollo de la contienda electoral del 2014, Martinelli no solo tenía en contra los medios de comunicación, también lo estaban los más poderosos grupos económicos que buscaban la derrota electoral de su partido porque se había convertido en una amenaza para sus negocios. Esos empresarios, encabezados por el Grupo Motta, financiaron la campaña del entonces candidato Juan Carlos Varela.
Sectores de la iglesia católica se sumaron a esa conspiración. Martinelli sabía de reuniones entre Varela y el nuncio apostólico, Andrés Carrascosa, en las que se hablaba de que había que impedir que Arias ganara las elecciones. Además, sacerdotes católicos usaban el púlpito para atacarlo.
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Lo que más contrariaba al expresidente era que el gobierno le hubiera dado $12 millones al Vaticano —por gestiones de Varela— entre indemnización y la sesión de un terreno en las áreas revertidas, para el traslado y construcción de la nueva sede de la nunciatura. Carrascosa fue enviado a Ecuador en junio pasado.
Medios de prensa internacionales informaron que la secta de talibanes católicos Opus Dei —como la define la escritora mexicana Santajuana Martínez— había entregado $3 millones como aporte a la campaña de propaganda política de Varela.
La abrupta ruptura entre el expresidente y Varela, 26 meses después de gobernar como aliados, dejó al descubierto que entre ambos había una vendetta personal.
Martinelli lo acusó de ‘no hacer nada en el puesto' de vicepresidente y canciller. ‘Le quiero pedir que renuncie y se vaya a hacer oposición', le espetó el expresidente. ‘A mí no me van a silenciar', respondió Varela, herido en su vanidad.
La alianza, fraguada el 20 de enero del 2009 en la residencia oficial de Estados Unidos en Panamá, tenía como pecado original el hecho de que Varela llegó de rodillas.
Cuando todavía faltaban cuatro meses para las elecciones generales, ‘Varela tenía un sobregiro y ya la campaña estaba en las últimas', reconoció Carlos Duboy, entonces tesorero del panameñismo. Faltaba el tramo más difícil del proceso electoral ‘no podíamos más y tuvimos que ceder ante CD', reveló Duboy.
Meses después de la ruptura, como cabeza visible de la oposición a Martinelli, Varela conspiraba abiertamente en su contra.
‘Si Ricardito puede comprar diputados, yo también puedo comprar ocho diputados' (el número que faltaba para inclinar la balanza y hacerle un juicio político), dijo eufórico en una reunión en la oficina de Varela Hermanos, en presencia del dirigente del Partido Popular Milton Henríquez, y los panameñistas Melitón Arrocha y Luis Barría. Pero la chequera de Martinelli era más poderosa que la de Varela.
Durante el proceso electoral del 2014, mes por mes Arias encabezó todas las encuestas. Tres días antes de las elecciones el candidato de CD, marcaba 33% de intención del voto, Juan Carlos Navarro, del PRD, 32%, y Varela, el 26%.
Una explicación —que sería la primera vez en la historia electoral panameña— es que al final de la contienda, hubo un drástico cambio en la intención del voto. Pero remontar los vaticinios y obtener 13 puntos porcentuales por encima de lo que arrojaban las encuestas, resultó más que sorprendente.
Al final del escrutinio oficial, Varela obtuvo el 39% de los votos, Arias el 32% y Navarro un 28%. Los votos obtenidos por Arias y Navarro, estuvieron dentro del margen de las encuestas. No así los de Varela. Obtuvo 255,000 votos más de los que anticipaban los sondeos.
El dirigente de CD, Rodrigo Sarasqueta, denunció que se alteró la contabilidad electrónica de los votos. De acuerdo a Sarasqueta, en el recuento se empleó un software que en lugar de sumar, intercambió los votos. Hubo manipulación de datos —afirmó— dando como ganador al candidato que había estado permanentemente en el último lugar. La denuncia no fue investigada.
Por otro lado, medios de prensa aseguraron que sectores del PRD opuestos a Navarro, aportaron unos 150,000 votos, el 20% de los 725,000 votos que obtuvo Varela. Esa sería la explicación ante el nombramiento de figuras del PRD en la administración panameñista, lo que ha sido considerado como una especie de cogobierno.
Meses después del triunfo de Varela, el magistrado del Tribunal Electoral Erasmo Pinilla desmintió la especie divulgada por medios de comunicación de que la noche del escrutinio Martinelli había llegado pasado de copas al recinto donde se realizaba el cómputo de los votos.
‘No tenía aliento alcohólico. Lo acompañé durante el recorrido que hizo para conocer cómo se procesaban los datos y lo que noté era que estaba en shock', reveló Pinilla, quien se jubiló en enero del año pasado.
‘Martinelli no podía creer que Mimito hubiera perdido y quería saber por sí mismo cómo se había dado ese resultado', añadió.
Una vez asimilada su sorpresiva victoria electoral, en una reunión con abogados de distintos partidos, Varela adelantó sus planes de gobierno.
‘Al primero que me voy a echar es a (Alejandro) Moncada Luna', dijo sin ambages.
Sacándolo como magistrado de la Corte Suprema de Justicia le propinaba un duro golpe al expresidente, porque consideraba que Moncada Luna era el eje de la carreta martinellista en el máximo órgano de justicia.
El otro presunto aliado de Martinelli, el magistrado José Ayú Prado, ‘sí se dejaba manejar desde arriba', como afirmó en su enfrentamiento con Varela, el panameñista Ramón Fonseca Mora.
Martinelli reaccionó. ‘Varela tiene como fin acabar con todo lo que se relacione a mí. Quiere acabarme física, comercial y políticamente', dijo desde Miami, donde se exilió en enero del 2015.
El tiempo ha demostrado que Varela armó un caso contra Martinelli que es 90% político y 10% jurídico, mezcla de odio y venganza. Desde antes de asumir el cargo, concibió una trama política para montar un proceso judicial contra el expresidente y su entorno.
‘Ha manipulado la justicia para perseguir a sus adversarios y proteger a familiares, copartidarios y allegados al poder. Un mala representación moderna de Alarico y sus visigodos', comentó un dirigente de CD.
Moncada Luna fue despojado del cargo, ocho meses después de asumir Varela, acusado de enriquecimiento injustificado y falsedad de documentos, y condenado a cinco años de prisión, en un linchamiento mediático en que el verdugo fue el diputado del PRD, Pedro Miguel González.
Ese mismo diputado protagonizó, posteriormente, la ruptura de la línea partidista y con una fracción del PRD allanó el camino para que Varela controlara la Asamblea Nacional.
Medios de prensa aseguraron que la mano de Varela también intervino para que González ganara la Secretaría General y se tomara la dirección del PRD, con distintos tipos de aportes que sumaron $25 millones.
La trama se repitió en las elecciones internas de CD en la que triunfó Roux, primo de Varela y pariente de la vicepresidenta Isabel de Saint Malo. Con los principales contendientes detenidos en Panamá y con Martinelli en una prisión en Miami en espera de una posible extradición, Varela pavimentó —de acuerdo al analista político Guillermo Cochez— ‘el camino para una alianza donde haya un panameñista a la cabeza y Roux de vicepresidente'.
Roux se convirtió así en el caballo de Troya de Varela en CD. Fuentes políticas aseguran que, por diversas vías, recibió del gobierno $5 millones para asaltar la dirección de CD.
‘El triunfo de Varela, cual excelente discípulo de Martinelli, ha consistido en dividir a la oposición', sostuvo Cochez. Un reflejo más de los niveles de descomposición en que se ha hundido la política local.
Las traiciones confesas contra Martinelli, para arrebatarle el control de CD, solo pueden compararse con la vileza palaciega que recoge la historia sobre la época de los Césares y de las monarquías medievales europeas.
Figuras creadas y amamantadas por Martinelli —los seis diputados de CD que están en la nueva directiva de ‘renovación' del partido recibieron en conjunto $65 millones del gobierno pasado— ahora se venden al mejor postor, desacreditando el quehacer político, convertido en doctrina del engaño, la farsa y la traición.