La toga pesa y la justicia no convence; la Corte necesita sacudirse, cambiar
Entre las cualidades que debe tener el nuevo magistrado presidente destacan creatividad para impulsar reformas y capacidad de diálogo.
Entre las cualidades que debe tener el nuevo magistrado presidente destacan creatividad para impulsar reformas y capacidad de diálogo.
Tradicionalmente, en una sesión plenaria extraordinaria a principios de enero, se elige al nuevo magistrado presidente, quien presidirá la Corte Suprema de Justicia por un periodo de dos años. Archivo PA.
La credibilidad del sistema judicial vuelve a colocarse en el centro del debate público. En medio de los escándalos que han marcado la gestión de la actual presidenta de la Corte Suprema de Justicia, María Eugenia López, expertos en derecho han comenzado a delinear el perfil que deberá reunir quien asuma este cargo, en un contexto marcado por la exigencia ciudadana de mayor transparencia, independencia e integridad institucional.
Mientras se anuncia al nuevo presidente de la Corte Suprema de Justicia, juristas coinciden en que no basta con un sólido conocimiento técnico del derecho.
Señalan que el cargo exige, además, creatividad para impulsar reformas, capacidad de diálogo con los distintos órganos del Estado, habilidad para transmitir cercanía y confianza a la ciudadanía, integridad comprobada, equilibrio mental y firmeza para resistir presiones externas.
Según el abogado Basilio González, luego de cuatro años de críticas por falta de liderazgo y opacidad, el nuevo presidente de la Corte deberá ser un agente de cambio en un sistema judicial percibido como corroído.
González, quien en su momento aspiró a magistrado de la Corte Suprema de Justicia, enfatiza la necesidad de un líder con experiencia interna en la Corte, capaz de romper con las prácticas de las últimas dos presidencias.
González propone medidas concretas para blindar la independencia judicial. Primero, nombrar de forma permanente a todos los jueces y magistrados a nivel nacional, un proceso pendiente desde hace cinco años.
“Los jueces actúan con temor a represalias, lo que socava su imparcialidad”, afirma, recordando que la Constitución exige independencia sin superiores jerárquicos.
Además, insta a crear un equipo de voceros oficiales para defender a los jueces ante críticas públicas.
“Los jueces penales no pueden responder solos; la Corte debe investigar y desmentir acusaciones infundadas”, explica.
Esto evitaría que la opinión pública, las redes sociales o los medios de comunicación condenen decisiones sin contexto.
Por su parte, el abogado Juan Carlos Araúz sostuvo que el próximo presidente de la Corte Suprema de Justicia debe tener la capacidad de transmitir cercanía a la ciudadanía, evitando las complejidades del lenguaje judicial que, a su juicio, han generado distancia e incomprensión sobre los fallos que emiten los tribunales.
Señaló que la justicia ha llegado a un punto en el que muchos ciudadanos no entienden las decisiones judiciales, lo que debilita la confianza en el sistema.
Araúz subrayó además la necesidad de una mayor capacidad de diálogo institucional, en especial con los órganos Legislativo y Ejecutivo, para crear puentes que fortalezcan el funcionamiento del Estado.
Indicó que se requieren proyectos creativos que transformen la administración de justicia. En ese sentido, afirmó que el nuevo presidente de la Corte debe romper con el silencio ante la crítica y asumir un rol activo como vocero, ya que la ciudadanía exige explicaciones claras y oportunas.
Según lo que establece la ley para ser magistrado de la Corte Suprema de Justicia, y por ende candidato a presidente de este órgano, se necesita ser panameño por nacimiento, tener al menos 35 años, poseer título en derecho inscrito y haber ejercido la profesión de abogado, cargo judicial, fiscal, Defensoría o profesor universitario por 10 años. Una vez elegido, estará en el cargo dos años.