Nacional - 04/7/25 - 11:48 AM

Obispos llaman al diálogo y a la unidad ante crisis nacional

“Panamá nos necesita a todos”, concluyeron los obispos, invocando la protección de Santa María la Antigua para guiar al país hacia un futuro más justo, solidario y fraterno.

 

Por: Redacción / Web -


Los obispos de Panamá al cierre de la sesión plenaria emitieron un comunicado en el que expresan su profunda preocupación por la situación que vive el país, y a la vez renovaron su compromiso de ser “puente para el diálogo, la reconciliación y la paz”.

Los prelados, inspirados por la Palabra de Dios y la Doctrina Social de la Iglesia, manifestaron haber escuchado atentamente “el clamor del pueblo”, compartiendo tanto sus alegrías como sus temores.

Señales de esperanza y desafíos urgentes
 

Entre los aspectos positivos, los obispos destacaron avances como la Ciudad de la Salud, el acceso a tratamientos contra el cáncer, los esfuerzos por alfabetizar constitucionalmente a la población y la salida progresiva del país de las listas grises. 
 

Sin embargo, subrayaron también las crecientes preocupaciones sociales: el desempleo, la violencia, la debilidad institucional, la polarización política, y la crisis en educación y salud.

“La sinodalidad —caminar juntos— no es solo un método eclesial, es una inspiración para la vida social y política”, afirmaron, invitando a todos los sectores del país a trabajar unidos por el bien común.

Llamado a levantar la huelga educativa
 

En cuanto a la prolongada huelga en el sector educativo, los obispos expresaron su preocupación por el impacto en miles de estudiantes, especialmente en familias humildes. 

Reconocieron el valor del magisterio y la lucha por condiciones laborales dignas, pero pidieron, de forma fraterna y respetuosa, que los docentes regresen a las aulas, siempre que se garantice su estabilidad laboral y se evite cualquier tipo de represalia.

Alerta ante el aumento de la violencia
 

El comunicado también condena el incremento de la violencia y el uso excesivo de la fuerza por parte de algunos cuerpos de seguridad, especialmente en comunidades vulnerables y pueblos originarios. 

Los obispos recordaron que los derechos humanos deben ser respetados en toda circunstancia, y que “toda forma de violencia deshumaniza y fragmenta aún más a la sociedad”.

Críticas al modelo económico y defensa de la soberanía
 

La Iglesia manifestó su rechazo a un modelo de desarrollo que privilegia intereses económicos sobre el bienestar humano y el cuidado del medio ambiente. Señalaron que “la economía debe estar al servicio del ser humano, no al revés” y advirtieron sobre los efectos de una gestión pública deficiente.

También expresaron su inquietud frente a recientes posturas del gobierno de Estados Unidos que podrían amenazar la soberanía panameña, especialmente en lo referente al Canal de Panamá y la posible instalación de bases militares. Exhortaron al gobierno a actuar con firmeza y apego a la Constitución en defensa del interés nacional.

Migración: un drama humano
 

Sobre la crisis migratoria, los obispos recordaron que Panamá enfrenta un flujo constante de personas que atraviesan el país en condiciones extremadamente precarias. 

Reclamaron un enfoque basado en los derechos humanos, la fraternidad y la corresponsabilidad internacional, más allá de políticas de seguridad o cifras estadísticas.

Compromiso pastoral en tiempos de crisis
 

Frente a la polarización y los discursos de odio, los obispos reiteraron su compromiso de ser un puente para la unidad. “La Iglesia no impone rutas, sino que las abre desde el Evangelio, apostando por la esperanza y la fraternidad”, señalaron.

Finalmente, hicieron un llamado a toda la sociedad a “escucharse con el corazón” como paso indispensable para sanar heridas y reconstruir el tejido social.

“Panamá nos necesita a todos”, concluyeron los obispos, invocando la protección de Santa María la Antigua para guiar al país hacia un futuro más justo, solidario y fraterno.
 


  

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