“Pinchador” fue visto por última vez con Varela

“Pinchador” fue visto por última vez con Varela

“Pinchador” fue visto por última vez con Varela

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El cabo Ismael Pitti Branca ([email protected]), uno de los testigos claves de la fiscalía dentro del caso pinchazos seguido a Ricardo Martinelli, fue visto por último vez junto al presidente Juan Carlos Varela cuando éste visitó el edificio 150 del  Consejo de Seguridad Nacional.

Ese hecho fue confirmado por el sargento segundo del Servicio Nacional Aeronaval, Júbilo Antonio Graell, tercer testigo en este caso  invocado por la fiscalía y el cual en un principio manifestó no recordar esta situación, sin embargo al ponérsele de presente la declaración jurada que dio en 2014, tuvo que confirmar el encuentro Varela y alias “Brad”.

Graell entró en una serie de contradicciones en su testimonio. Para los años 2009-2014, Júbilo laboraba en el Departamento de Inteligencia, en la Sección de Orden Público del Consejo y fue uno de los encargados de dar vigilancia y seguimiento a algunas personas denominadas “blancos”, según su interrogatorio.

Una de las primeras contradicciones de Graell se dio cuando fue consultado sobre la presencia del hoy presidente Varela en el edificio 150 donde se albergaban las instalaciones del CSN, su respuesta fue que no lo había visto por allá.

Sin embargo, cuando fue contrainterrogado por la defensa, cambió su versión al señalar que la última vez que había visto a Varela por el CSN, fue junto a Ismael Pitti, el día de la transición del Gobierno, no precisó la fecha exacta.

En una declaración rendida el 15 de diciembre de 2014 ante la fiscal Lizzett Chevalier indicó que “a Ismael Pitti la última vez que lo vi  fue cuando el presidente Juan Carlos Varela fue al edificio 150”, manifestó Graell.

Sin embargo al preguntarle de que si había visto alguna vez a Martinelli en el edificio 150, indicó: “nunca lo vi allí”.

Ismael Pitti, alias “Brad”, a pesar de ser un cabo, fue nombrado por el gobierno varelista Agregado Policial ante el Consejo de Delegados de la Junta Interamericana de Defensa de la OEA, desde el 8 de agosto de 2014 y para tal fin se emitió un resuelto posterior: el No.773 del 30 de septiembre de 2014. Su salario era de $10 mil.

Ayer durante la comparecencia de Júbilo Graell como testigo, la fiscalía trató de hacer ver de que el exgobernante Martinelli era la persona que ordenaba que se diera seguimiento y escuchas a personas de la política y sociedad civil panameña.

Graell en su interrogatorio indicó que por órdenes de Rony Rodríguez, exjefe de inteligencia del Consejo de Seguridad, supuestamente tuvo que darle seguimiento a políticos, empresarios y que su superior le indicaba que esta información recolectada era para el #1.

Sin embargo al ser contrainterrogado por la defensa sobre podía confirmar que en efecto esa información era para Martinelli y si era éste quien daba las órdenes de seguimiento, el sargento asignado al aparato de inteligencia presidencial dijo que esa información no la podía confirmar.

Júbilo también declaró que en una ocasión transportó un anaquel del Consejo de Seguridad a unas instalaciones administrativas de Ricamar, en Monte Oscuro por orden de Ronny Rodríguez, quien le indicó que lo devolvían porque se lo habían prestado.

“No observé cables en ese anaquel, el mismo cuando lo transportamos estaba totalmente descubierto y mi comandante Ronny nunca me pidió reserva de esta operación”, indicó de forma tajante Graell.

El funcionario también manifestó de que junto a otros compañeros les tocó desmantelar el edificio 150 del Consejo de Seguridad y que los equipos tecnológicos que allí había fueron entregados a Iris González, jefa de informática del Consejo de Seguridad en 2014.

González en declaración jurada el pasado martes ante el Tribunal de Juicio declaró que el inventario estaba completo.

Graell fue enfático al recalcar que jamás pudo comprobar que los informes de vigilancia y seguimiento, hechos por él, eran entregados al expresidente Martinelli.

El defensor de RM, el jurista Alfredo Vallarino señaló que el primer ridículo de la Fiscalía es haber tenido a una persona que dijo haber hecho al menos seis seguimientos, como testigo, en vez de investigado.

Por su parte, el fiscal Aurelio Vázquez indicó que este testigo fue claro y contundente en declarar como se le dio seguimiento a algunas personas de la sociedad civil, políticos, empresarios.

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