¿Quiénes eran los ‘zonians’?
Por casi cien años, miles de estadounidenses vivieron con todos los lujos en tranquilas comunidades tropicales cerca de la bahía de Panamá. Se encargaban del mantenimiento de
Por casi cien años, miles de estadounidenses vivieron con todos los lujos en tranquilas comunidades tropicales cerca de la bahía de Panamá. Se encargaban del mantenimiento de una de las mayores obras de ingeniería del mundo, el Canal de Panamá, y se conocían como zoneítas o zonianos (por el término en inglés "zonians").
La Zona del Canal de Panamá fue una colonia de Estados Unidos establecida en el país centroamericano en 1903. Constituía un hogar lejos de casa para aquellos estadounidenses que construyeron el Canal y posteriormente se encargaban de su mantenimiento, así como de sus familiares y los trabajadores de los servicios dirigidos a estos.
Se trataba de un área de 1,380.5 kilómetros cuadrados a lo largo del Canal y controlada por EE.UU. Las familias recibían generosos beneficios, incluidas viviendas de protección, largas vacaciones, economatos bien surtidos y un personal amable.
"Era un extraño lugar artificial", dice Michael Donoghue, autor de "Zona fronteriza en el Istmo: raza, cultura y la lucha por la Zona del Canal". Su padre recorrió el área durante la Segunda Guerra Mundial y la comparó con "un pequeño pueblo sureño trasplantado en medio de Centroamérica".
Durante la Guerra de Corea (1950-1953), 100,000 estadounidenses vivían en la zona, una décima parte de la población del país. En tiempos de paz, eran la mitad.
El inglés era la lengua predominante e incluso aquellos que llevaban toda la vida en la Zona podían vivir sin hablar una palabra de español.
"Estaban aislados de la población panameña por propia voluntad", dice Alonzo Delaguardia, el vicerrector para relaciones universitarias del campus en Panamá de la Universidad Estatal de Florida.
Los zoneítas tenían sus propios clubes sociales y equipos deportivos. Había cines que emitían películas estadounidenses y tiendas en las que se vendían productos procedentes del aquel país.
Segregación
Pero no todo era idílico. Durante mucho tiempo, la segregación entre estadounidenses y trabajadores del Caribe en general y de las islas británicas fue una realidad en la Zona. Existían diferentes servicios para unos y otros, los primeros "de oro" y los segundos "de plata".
La eliminación de la segregación escolar y el Acta de Derechos Civiles no se aplicó hasta la década de 1970, casi 20 años después de que fueran implementados en EE.UU.
"Nací en el mismo hospital que John McCain, pero él salió estadounidense y yo salí panameña", señala Yvette Modestin, la primera animadora negra de la escuela secundaria Cristóbal, tras el fin de la segregación escolar.
"La mayoría de los zoneítas no eran conscientes del resentimiento que habían empezado a provocar entre los panameños", dice Donoghue. Mientras los estadounidenses vivían con privilegios, los panameños "a veces no podían cruzar su país sin el permiso de la policía foránea", explica.
Las violentas protestas de 1964 contra la Zona causaron la muerte de 21 panameños y cuatro soldados estadounidenses.
El 7 de septiembre de 1977, el presidente de EE.UU., Jimmy Carter, y el jefe de Gobierno de Panamá, Omar Torrijos, firmaron el tratado Torrijos-Carter, según el cual Estados Unidos se comprometió a devolver a Panamá el control completo del Canal el 31 de diciembre de 1999.
El 60% de la Zona fue devuelta a Panamá en 1979 y, en consecuencia, los hijos de estadounidenses nacidos en aquella área después no fueron considerados oficialmente zoneítas.
Al terminar la transferencia del control sobre el Canal, la mayoría de los estadounidenses regresaron a su país.
El éxodo
"Tuve una infancia normal, con amigos del barrio en un bonito vecindario de los suburbios, con césped bien segado. Y de repente todo el mundo se había ido", dice Zach Kunkel, quien nació en 1976. "De un día para otro, quedó claro que todo había cambiado y que no había vuelta atrás".
Márquez, cuya familia también se quedó en Panamá, recuerda cómo de los 180 alumnos de su clase, 160 se fueron.
"Si hubiera sido mayor, nunca me hubiera ido de Panamá", dice Jill Bany, quien tuvo que mudarse con su familia a Tulsa (Oklahoma, EE.UU.). "Era un lugar perfecto".