Nacional - 21/2/21 - 12:00 AM

Sittón: Croan está inmerso en acuerdo Salas Becker y en tratado avalado por Torrijos

El abogado internacionalista Pedro Sittón Ureta destacó que el Centro Regional de Operaciones Aeronavales (CROAN), que opera en unas de las instalaciones del Senan, ya está inmerso en el arreglo complementario Salas-Becker, firmado entre autoridades de Panamá y EEUU hace 19 años.

El "arreglo" en cuestión fue firmado el 5 de febrero de 2002 por el entonces ministro de Gobierno y Justicia de Panamá, Aníbal Salas y el encargado de negocios de la embajada de EEUU, Frederick Becker.

Para Sittón, ese tipo de instalación es el lazo militarizado que une de manera lacaya a Panamá con los EEUU avalado desde los tratados canaleros Torijos-Carter y refuerza la militarización de las fuerzas de seguridad que ha existido desde los tiempos de Remón, Vallarino Torrijos Paredes y Noriega

Ya la Corte Suprema de Justicia dispuso que instalaciones como el CROAN no requieren aprobación legislativa lo que constituye en una cosa juzgada constitucional y no se requiere, por tanto, utilizar argumentos patrioteros del Tratado de Neutralidad para justificar su establecimiento y componente, sentenció el jurista.

En diciembre pasado, el jefe del Comando Sur, Craig Faller visitó el Centro Regional de Operaciones Aeronavales, una instalación que busca copiar el modelo de la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial Sur, ubicada en Cayo Hueso, Florida, donde hay oficiales de enlace de otros países

El almirante norteamericano alegó estar impresionado por la capacidad y profesionalismo del CROAN y dijo que Panamá quiere aplicar un modelo un tanto similar a la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial Sur, ubicada en Cayo Hueso.

Ya antes, funcionarios norteamericanos han afirmado que el CROAN no involucra presencia militar norteamericana en Panamá, sino que un centro de alto nivel con tecnología para seguir las rutas de narcotraficantes, realizar operaciones de búsqueda y rescate, así como detectar pesca ilegal en Panamá e intercambiar información con otro país en caso de detectar algo sospechoso para que envíen embarcaciones o aeronaves para concretar incautaciones.

Frente al debate que se ha generado en torno al CROAN, el abogado Pedro Sittón destaca que en Panamá se ensalza cada 7 de septiembre un aniversario más de los tratados Torrijos–Carter y se omite mencionar por completo ese “otro” tratado de Neutralidad firmado en aquella fecha y que nos colocó “bajo el paraguas del Pentágono”, según uno de sus firmantes.

Ese pacto, que pudiésemos denominar como el lado oscuro de la luna de los tratados, que pocos quieren recordar y casi nadie menciona, es el concerniente a la neutralidad del Canal, que tiene una cláusula de perpetuidad con el agravante de la enmienda intervencionista De Concini y demás reservas y entendimientos unilaterales del Senado estadounidense, agregó el abogado.

Sittón recordó expresiones del doctor César Quintero: “este lamentable tratado de Neutralidad convirtió la perpetuidad condicional y relativa estipulada en el tratado Hay-Bunau Varilla, en una perpetuidad incondicionada y absoluta”.

El internacionalista resalta que desde 1977, el senador Charles Percy preveía la posibilidad de que Panamá denunciara un tratado leonino que, desde su óptica, era manifiestamente nocivo para los intereses panameños. Si ese político estadounidense expresó esa obviedad, ya es hora de que nosotros, los panameños, también nos pongamos gafas y dejemos la miopía histórica que arrastramos al no actuar de manera oportuna, añadió Sittón.

El también panameñista destacó que la lucha histórica de la desmilitarización gringa en suelo nacional la inició el caudillo Arnilfo Arias en 1941 y eso le costó la presidencia por oponerse a otorgar más sitios de defensas a EEUU. Luego esa lucha es retomada por la dirigencia estudiantil liderada por Carlos Iván Zúñiga, en la gesta del 47

Los tratados del Canal, y Torrijos el primero en avalarlo, legalizan una situación de facto: las bases militares a las riberas del canal dándole la necesaria situación de iure que requerían los gringos en el derecho internacional para establecer su eterno “derecho a intervenir” en la defensa de la vía acuática, luego sumado a unas cuestionadas enmiendas

Según Sittón, lo actual no es nada nuevo; es un ciclo militarista criollo desde la visión geoestratégica de EEUU para sus luchas contra el narco y liberar a los países de América Latina del eje del mal y especulando una posible (cada vez menos viable, pero latente como espada de Damocles) invasión a Venezuela. Este lazo militar, unido en un nudo gordiano, solo ha servido para un retroceso en nuestro proceso democrático y un aumento del poder de los milicos en la toma de decisiones políticas del gobierno, concluyó.